Las dinámicas familiares y empresariales coexisten en un ecosistema complejo y multifacético, especialmente cuando se encuentra entrelazado con la dirección y gestión de un negocio. La sucesión del liderazgo en empresas familiares puede ser un camino delicado y significativo, donde no solo se traspasa el control administrativo y operativo, sino también la preservación y continuación del legado familiar a través de las generaciones.

Comunicación auténtica: La base de una transición serena

A menudo, los desafíos surgen cuando los líderes actuales, muchas veces los padres, se muestran reacios a ceder el control del negocio familiar. Esta renuencia puede ser el reflejo de diversas preocupaciones, ya sean dudas sobre la preparación de la próxima generación o aprensiones respecto a los cambios en la dinámica familiar. Florencia Ribes, asesora especialista en planificación hereditaria y patrimonial, enfatiza: «La transparencia y la honestidad en las comunicaciones son vitales para prevenir malentendidos y tensiones. Diálogos abiertos acerca de expectativas y aprehensiones entre las generaciones facilitan una transición de liderazgo más fluida y consciente”.

Planificación de la sucesión: Más allá del control

En vez de apresurar el cambio de mando, es fundamental una planificación que respalde tanto la continuidad del negocio como la armonía familiar. Un consejo valioso sería que, como intermediarios en las decisiones, se pueda agregar la consultoría de asesores externos, especialistas en sucesiones familiares. Florencia sugiere dos estrategias prácticas en este camino hacia la sucesión: la institución de un Consejo Familiar y la formulación de un Protocolo Familiar, ambos enfocados en formalizar y guiar el proceso de transición en una manera estructurada y respetuosa con las tradiciones y valores familiares.

Preservando la empresa y la unión familiar

Al fin y al cabo, el propósito subyacente es doble: mantener la prosperidad del negocio y, de manera simultánea, resguardar la cohesión y estabilidad familiar. La sucesión no es meramente una cuestión de poder o control empresarial; es una travesía de entregar y perpetuar un legado, tanto en el ámbito empresarial como en el familiar. Al abogar por una comunicación abierta, una transición bien planificada y respaldada por estructuras como el Consejo y Protocolo Familiar, se asientan las bases para que la empresa y la familia no solo sobrevivan, sino que prosperen, en las futuras generaciones.

Florencia Ribes, con su amplia experiencia como asesora patrimonial, resalta la importancia de un enfoque humano y una planificación meticulosa, permitiendo que la transición del poder en empresas familiares no solo sea un acto de continuidad operativa, sino también un cuidadoso paso de antorcha que preserve y eleve el legado familiar y empresarial.

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