A dos años del gobierno de Marina del Pilar Ávila Olmeda la Coalición para la Participación Social en la Educación (Copase), afirmó que el Sistema Educativo Estatal no logra el egreso de alumnos con los conocimientos, competencias, actitudes y el talento humano que impulsen el desarrollo económico y la armonía social, y tampoco se cuenta con una estrategia que permita resarcir la pérdida de escolaridad por la pandemia, estimada en dos años.
Alfredo Postlethwaite Duhagon, presidente del organismo social, afirmó que el logro de los aprendizajes clave de los alumnos se encuentra en la posición número 24 a nivel nacional, lo que significa que el 86 % de los estudiantes no domina las matemáticas (según un estudio del IMCO de este año), y el 75 % tiene problemas en el uso del lenguaje y la comunicación en el tercer grado de secundaria (fuente: Planea 2019).
Asimismo el sistema educativo estatal cuenta con una eficiencia terminal efectiva —que incluye cobertura y calidad—, de solo 24%, lo que equivale a que solo dos de cada diez estudiantes del nivel medio superior egresan con los conocimientos que debieron adquirir, destacó. Lo mismo ocurre con siete de cada diez en primaria y seis de cada diez en secundaria; en general se observa un descenso en el promedio de aprovechamiento escolar, puntualizó.
Postlethwaite Duhagon enfatizó que cada año 29 mil alumnos abandonan la preparatoria y la mitad de los niños en edad escolar (es decir, que tienen de tres a seis años), no están inscritos en el nivel preescolar, y hay aulas sobresaturadas, con un promedio de 45 alumnos por profesor en los sistemas de bachillerato, lo que representa el doble de alumnos con respecto al estándar internacional.
Indicó por otra parte que cada año se gastan 28 mil 600 millones de pesos de recursos públicos en el sector educativo, lo que equivale, en promedio, a 140 millones de pesos por cada uno de los 200 días del calendario escolar oficial; sin embargo esto es una gran contradicción, pues cada año se gasta más pero la calidad de la enseñanza y la eficiencia de los procesos educativos no mejoran, ante lo cual “es urgente crear una estrategia integral para atender el bajo desempeño de los alumnos”.
El presidente de la Copase manifestó que la principal causa de que no mejoremos en educación, es que las autoridades educativas desatienden los múltiples factores que podrían incidir positivamente en la dinámica de los procesos de enseñanza y aprendizaje, tales como la participación social, la infraestructura escolar, la formación inicial y capacitación docente, la evaluación diagnostica y sistemática, la jornada escolar (escuelas de tiempo completo), la gestoría escolar y el marco curricular y programas de estudio.
La falta de atención a todos estos elementos, en conjunto —enfatizó—, producen y mantienen la enorme problemática de la educación en Baja California, y advirtió que si esta situación persiste, la educación no servirá para proporcionar mejores oportunidades a los estudiantes y maestros.
Alfredo Postlethwaite Duhagon señaló que ante esta realidad, la Copase y 50 instituciones de la sociedad civil, “una y otra vez, con precisión y puntualidad” han insistido durante los últimos dos años a la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, y a las autoridades educativas, la necesidad de conciliar y poner en marcha un Plan Emergente que tenga como objetivos lograr un alto nivel de institucionalización y profesionalización en el SEE BC, con base en cuatro premisas fundamentales:
Promover una genuina y efectiva participación social, impulsar la inversión en innovación y tecnología de clase mundial, promover la trasparencia y rendición de cuentas, y concertar un acuerdo social con visión amplia para el 2030. Estos principios —manifestó—, están plasmados en la estrategia primaria del Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027 (PED, página 348), “y son el principal aval de nuestra propuesta”.
A dos años de distancia —denunció—, la respuesta del Gobierno del Estado es igual de preocupante que en ocasiones anteriores que hemos planteado esta problemática: las autoridades educativas estatales han demostrado, “por temor, ineptitud o conveniencia”, una fría indiferencia y cerrazón para intercambiar ideas, buscar soluciones y fomentar la colaboración.
Postlethwaite Duhagon afirmó que el Plan Estatal de Desarrollo es un proyecto viable, pero por sí solo es insuficiente; “se requiere nueva actitud y aptitud para lograr sus compromisos y metas”.
Reiteró que de seguir así la tendencia en el ámbito educativo de Baja California, la consecuencia será el estancamiento y la mediocridad en la calidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje; se estará condenando a generaciones de jóvenes a que, después de recibir 9 años de instrucción básica, su principal opción sea un trabajo informal o poco remunerador, lo que reforzará la desigualdad de oportunidades para ellos y, en caso extremo, los llevará a la delincuencia.
Todo esto acabará provocando un mayor deterioro económico y degradación social en nuestro estado, lo que representan un riesgo mayúsculo que debemos y podemos evitar, precisó.
A fin de cuentas, manifestó, la gobernadora es la que tiene la responsabilidad de responder sin prejuicio ni pretexto, la pregunta: “¿en el transcurso de los primeros dos años de su administración, ha mejorado la calidad educativa de los niños y jóvenes en Baja California?”
La respuesta, dijo, desgraciadamente es negativa debido a que los programas de apoyos, en realidad son de poco impacto y resultan intrascendentes. No resuelven de raíz la problemática sistémica del Sistema Educativo Estatal de Baja California y quienes seguirán pagando las consecuencias serán los alumnos y los maestros, que constantemente están expuestos a las malas decisiones y errores de sus autoridades.
Destacó que estamos ante una oportunidad perdida y en esta circunstancia preguntó a la gobernadora, “¿hacia dónde vamos? ¿cuál será el destino de la educación para los próximos cuatro años? ¿más de lo mismo? ¿iremos de mal en peor?”
Más vale abrir los ojos a tiempo —dijo—, y no dejar pasar otra oportunidad; llegó la hora de rectificar, de encontrar soluciones y seguir adelante, hoy el lado correcto de la historia es de liderazgos conciliadores; “usted cuenta con la fuerza de la voluntad, la posición privilegiada y única para ejercerlo, Copase y 50 organizaciones de la sociedad civil estamos listos para redoblar el paso y construir puentes, pero usted tiene, otra vez, la última palabra”, insistió.