Los migrantes que han llegado en la última ola son parte del récord de remesas de México, como muestran las filas de cientos de extranjeros en la frontera sur del país que esperan los dólares que les envían sus compatriotas desde Estados Unidos.

En Tapachula, en el límite de México con Guatemala, los migrantes se aglomeran en centros comerciales, tiendas de autoservicio, casas de cambio y bancos en busca de cambiar sus dólares a pesos para pagar su alquiler, alimentos y transporte público.

El venezolano Leonel Castillo, quien llegó en los últimos días acompañado de tres compatriotas más a Tapachula tras recorrer siete países, se topó con una multitud de personas, por lo que hizo fila durante 24 horas para retirar una remesa equivalente a 3.000 pesos (cerca de 172 dólares).

“Nosotros lo hacemos porque vamos de paso, no lo hacemos seguido porque nos quedamos sin dinero y nos mandan a este punto y a veces nos toca quedarnos. Más o menos 24 horas hice (de fila) porque arriba demora mucho porque es una sola taquilla para todas aquellas personas que van a retirar”, indicó Castillo a EFE.

En un solo establecimiento, los encargados contabilizan alrededor de 200 a 300 migrantes diarios que buscan cobrar sus envíos.

Entre récords de remesas y migración

México recibió un récord de 41.459 millones de dólares en remesas entre enero y agosto de este año, un aumento interanual del 9,3 %, según informó este lunes el Banco de México.

Pero en medio de las cifras históricas de remesas, México también recibe números sin precedentes de migrantes en las últimas semanas, con 10.000 al día en la frontera con Estados Unidos y 6.000 al día en Chiapas, en el límite con Guatemala, según reconoció el presidente, Andrés Manuel López Obrador, en la mañana.

Uno de los rostros del fenómeno es Robert Cruz, hondureño que lleva varios días esperando salir de Tapachula, donde denunció que las personas que no tienen una tarjeta de débito para retirar su dinero de los cajeros automáticos pagan hasta 200 pesos (cerca de 11,5 dólares) para que alguien les ayude a gestionar el dinero.

“Hay personas que nos cobran 200 pesos (11,5 dólares) para sacar un retiro o una remesa, hay veces que todo el día hay que estar en Elektra (tienda departamental), donde únicamente nos permiten sacar 3.000 pesos por persona (172 dólares), aunque a veces las personas que tienen pasaporte lo pueden retirar de manera personal”, expuso.

Este migrante vende baleadas, un platillo típico hondureño similar a un taco, para los miles de migrantes que están varados en Tapachula, a donde llegó de Honduras tras vender su taxi porque las pandillas lo extorsionaron.

Con maletas en hombro, hambre y sed, avisó que no van a detenerse a tramitar papeles, por lo que van a seguir su viaje de manera irregular hasta Ciudad de México, donde esperan registrarse en la aplicación de CBP One para obtener una cita de asilo en Estados Unidos.

La economía migrante en la frontera sur de México

El empresario local Aníbal Núñez Mejía explicó a EFE que los migrantes realizan un fuerte cambio de divisas y últimamente dejan ingresos por sus remesas y la mercancía que cruza de forma ilegal el río Suchiate, que divide a México de Guatemala.

“Van de paso, el 99,9 % va con el sueño americano, esta gente está pidiendo dinero para poder trasladarse más adelante y para poder pagar las cuotas que la misma autoridad les pide”, manifestó.

Núñez Mejía denunció que los migrantes padecen extorsiones de las autoridades mexicanas y grupos criminales.

“Están las entrevistas de muchos periodistas donde Migración los está extorsionando, todas esas bandas que existen, de lo que tú quieras, que los están extorsionando, y ellos en su camino, en el andar, dicen que la peor selva es la de cemento que existe en México”, lamentó.

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