Cuenta la leyenda que el 13 de septiembre de 1847, los Niños Héroes se enfrentaron ante el ejército estadounidense en la defensa del Castillo de Chapultepec, uno de los puntos estratégicos de la invasión norteamericana. Ese día los mexicanos perdieron, pero la derrota supo a triunfo debido a sus actos de valentía y patriotismo.

Los protagonistas de esta historia fueron se convirtieron en un ícono del nacionalismo mexicano que a lo largo del tiempo se ha ido desgastando y algunos de los detalles nos resultan inverosímiles.

Los hechos escondidos en el gran mito de los Niños Héroes

El historiador Alberto Rivero, doctor en historiografía por la UAM explicó en una entrevista para DeMemoria que la batalla del Castillo de Chapultepec fue una entre varias que surgieron después de que Estados Unidos, con su clásico pensamiento expansionista, decidiera aprovechar la débil consolidación del país para tomar la parte norte del territorio.

Los cadetes del Colegio Militar sí existieron y participaron en la emblemática batalla de Chapultepec, pero el mito sobre los Niños Héroes, que está avalado por el gobierno, como puedes ver en esta monografía del INAH, no se parece a los hechos históricos.

¿Por qué los niños enfrentaron la guerra?

Algo importante de señalar es que de todos los Niños Héroes, ninguno era un niño. Los más jóvenes eran Francisco Márquez de 12 años y Vicente Suárez de 14 años, ambos eran adolescentes, pero entonces esto los acercaba más a ser adultos que a ser niños. El resto de los cadetes de este grupo de héroes ya había alcanzado la mayoría de edad.

Lo que sí es cierto, según la explicación del especialista, es que en todos los enfrentamientos de ésta guerra el ejército mexicano estuvo en desventaja ante los invasores, no sólo por el número de soldados, también por la cantidad y calidad del armamento. Además los cadetes del Colegio Militar sí participaron en la batalla, pero eran más de 200 (un número que sigue siendo una minoría ante el ejército contrario).

 

¿Quién se inmoló con la bandera?

Respecto al mártir que prefirió el suicidio antes de permitir que los estadounidenses tomaran la bandera del Castillo de Chapultepec, hay una discordancia. De acuerdo al historiador que se consultó, algunos dirán que fue Juan Escutia y otros que fue Juan de la Barrera, pero la mayoría apunta a que fue el primero.

Sobre esto, el doctor Rivero nos dijo que no importa mucho quién lo hizo, puesto que el hecho no ocurrió y respaldó esta conclusión con dos pruebas.

La primera es que las dimensiones de la bandera no permiten que una sola persona pueda bajarla del asta y mucho menos envolverse en ella.

Y la segunda evidencia es tajante, el ejército estadounidense sí logró tomar el lábaro patrio y lo llevó consigo como un trofeo de guerra, estuvo expuesta en la academia Militar de West Point durante cinco años, hasta que en 1952 fue devuelta a México junto con otras banderas robadas durante la invasión estadounidense.

La necesidad de construir un Estado Nación

Tal vez ahora te preguntes cuál fue el objetivo por el que se creó este mito, el historiógrafo de la UAM nos explicó que el mito es parte de una versión oficial que se conoce como La historia de Bronce. 

Estas versiones romantizadas se usaron durante la segunda parte del Porfiriato con el objetivo de construir un pasado común del cual los mexicanos pudieran sentirse orgullosos.

“MÉXICO VENÍA ARRASTRANDO UNA HISTORIA DE DERROTAS, INTERVENCIONES E INVASIONES QUE TRATARON DE EQUILIBRAR CON LA CELEBRACIÓN DE VICTORIAS EFÍMERAS O PASAJES HISTÓRICOS QUE SE ADORNARON”

En el proceso editorial borraron las acciones loables de los opositores al liberalismo, exageraron algunas victorias incipientes y adornaron con drama algunas derrotas, como la Batalla de Chapultepec.

La historia de bronce fue un éxito al grado de que cuando Carlos Salinas decidió omitir la historia de los Niños Héroes en los libros de Texto de la SEP la indignación y los reclamos del pueblo lo llevaron a mencionarlos en la celebración del Grito de Independencia en 1992, a pesar de que (claramente) no fueron personajes de esa lucha.

¿Qué pasa con el nacionalismo hoy en día?

El historiógrafo Rivero Mora comentó que es necesario volver a nutrir el valor del patriotismo que, a diferencia del patrioterismo (que está vinculado al espectáculo y la diversión), ayudaría a que los mexicanos se preocuparan por temas de interés general como el manejo del petróleo o el respeto a la diversidad cultural del país.

También dejó claro que aunque la Historia de Bronce tuvo un gran papel en la construcción de un estado nación, lo que hoy necesitamos es rescatar a los personajes que actuaron de forma realmente valiosa, pero que por motivos políticos quedaron en el olvido, como a las mujeres revolucionarias.

Finalizó diciendo que para poder reconstruir nuestro pasado en común será necesario conocer estas historias con una mirada realista, además tendremos que aceptar que los personajes de nuestro pasado no son buenos ni malos y ninguno debería quedar exento a una mirada crítica que sea consciente de las condiciones de cada época.

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