Si te cuento que el campo del Real Madrid tiene la proporción áurea, al igual que las tarjetas de crédito, te sorprende, ¿no? Todos somos curiosos por naturaleza. Nos encanta descubrir cosas, ver cómo funciona cada mecanismo que encontramos a nuestro paso y entender los porqués de la vida que nos rodea. ¿Por qué es distinto, entonces, si la explicación incluye la palabra ‘matemáticas’? Mickaël Launay lo ha descubierto, y nos lo muestra en ‘La gran novela de las matemáticas’.
«¡Siempre se me han dado mal las mates!» es una frase más que repetida entre las personas adultas. «Son difíciles», » soy de letras» o «no se entienden» son otros de los tópicos que completan normalmente estas conversaciones. ¿Cómo hemos podido llegar a esto? Las personas somos curiosas por naturaleza y las matemáticas explican todo lo que nos rodea, así que se merecen una segunda oportunidad, ¿no? El autor Mickaël Launay ha encontrado la solución.
Para combatir la aversión a las mates, Launay ha publicado ‘La gran novela de las matemáticas’ (Planeta) en la que hace una recopilación de su obra a través de su canal de YouTube Micmaths(en francés), donde le siguen más de 200.000 personas. En él, el youtuber nos muestra que las matemáticas no solo son números, cuentas y problemas sin solución. Al contrario, van más allá y son ideas poéticas, sorprendentes, emocionantes y estimulantes. Aunque no nos demos cuenta, se encuentran en todos los ámbitos de la vida cotidiana: todo lo que hacemos y lo que somos está basado en las ciencias exactas. Así que, quizás, no son tan horribles como pensamos.
Para probar su teoría, Launay desplegó un puesto ambulante en un mercadillo estival francés, en el que realizó múltiples actividades, desde papiroflexia hasta trucos de magia, pasando por juegos y enigmas para todas las edades. Captó la atención de los transeúntes, que se pararon durante un buen rato a observar sus hazañas. No tenían ni idea de que tan solo trabajaba con las
matemáticas, pero todos le prestaron la máxima atención. ¿Qué hubiera pasado si en su puesto hubiera puesto un cartel informativo de ‘matemáticas’? Probablemente no hubiera tenido tanto público. ¿Por qué?
Quizás porque las matemáticas se antojan inaccesibles a la gran mayoría, aunque están al alcance de todos. Voy a poneros un par de ejemplos: nos gusta la música aunque no seamos músicos y vamos al cine aunque no seamos guionistas. Entonces, ¿por qué deberíamos ser matemáticos para disfrutar y entender las matemáticas? Simplemente se trata de comprender ideas y aceptar que son la base de todo.
Por tanto, es el momento de reconciliarse con esa asignatura pendiente que muchos tenemos. Es hora de sorprenderse y disfrutar de las mates, y de aprender que aquello que nos desesperó en su momento, puede ser de lo más divertido.
Y es que a todos nos gustan las matemáticas, pero todavía no lo sabemos.