Registrar ante el IMSS a un trabajador o trabajadora con un salario inferior al que realmente percibe constituye una práctica de simulación muy extendida en México que lleva consigo riesgos para la propia seguridad del empleado, la estabilidad financiera de la empresa, e inclyuso la viabilidad del sistema de seguridad social en el país.

De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, tienen un empleo formal 18.9 millones de personas en México, de las cuales el 86% tienen un contrato laboral permanente, y el resto trabajan como eventuales.

Pero cada trabajador afiliado tiene derecho a registrar como derechohabientes a sus dependientes económicos (hijos, padres, cónyuge), con lo cual, la cifra de personas que hacen uso del servicio médico del IMSS asciende a poco más de 62 millones de personas.

De acuerdo con el más reciente informe del IMSS, el 75% de los ingresos del Instituto llega a través de las cuotas obrero-patronales, cuyo monto depende directamente del salario con el que está registrado cada trabajador.

En dicho informe, el IMSS indica que el 37.11% de sus afiliados gana entre 1 y 2 salarios mínimos (entre 2,400 y 4,800 pesos al mes); mientras que el 30.8% gana entre 2 y 4 salarios mínimos (entre 7,200 y 9,604 pesos mensuales), con lo cual el 67.9% de las cuotas obrero patronales que se pagan al IMSS se han registrado con salarios de hasta 4 salarios mínimos.

De acuerdo con, Javier Juárez Ocoténcatl, miembro de la Comisión Representativa ante Organismos de Seguridad Social del Colegio de Contadores Públicos de México, es en este rango (de entre 1 y 4 salarios mínimos) en el que es más común que los trabajadores estén afiliados con un salario inferior al que realmente perciben. Se trata de 12.8 millones de trabajadores que, pese a trabajar en el sector formal, se encuentran en una situación de vulnerabilidad económica.

«Si el trabajador tiene una enfermedad o accidente y acude al IMSS por una incapacidad mayor a tres días, el Instituto le da un subsidio del 60% del salario base que cotiza a partir del cuarto día. En caso de accidente o enfermedad laboral, el subsidio es del 100% desde el primer día de incapacidad, y para ausencia por maternidad también es el 100%, así que si cotiza poco, el subsidio también es poco», explica el experto, y añade que el salario base de cotización también se toma en cuenta para el pago de liquidación en caso de despido o finiquito en caso de renuncia por parte del trabajador.

Además, el costo social de este tipo de prácticas es grave al pensar en el futuro de las personas que están cotizando con un salario bajo.

«Si seguimos así, esto va a ser una tragedia dentro de 20 o 25 años, cuando los jóvenes que están cotizando ahora se jubilen. El 6.5% del salario del trabajador se va a su Afore. En el caso de un trabajador que gane 20,000 pesos mensuales, su ahorro para el retiro es de 1,300 pesos al mes. Al cumplir los 65 años habrá ahorrado alrededor de 390,000 pesos más los intereses que se acumulen, pero les va a quedar una pensión miserable, y los jóvenes no podrán ayudar económicamente a los viejos porque los salarios son muy bajos».

La situación empeora para aquellos que no alcancen a cotizar las 1250 semanas que exige el IMSS para tener derecho a una pensión y a atención médica, pues sin ella deberán hacer frente a los costos de tratamiento por enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión.

Riesgos para el patrón

El especialista calcula que un patrón puede ahorrarse hasta un 20% del salario de cada trabajador cuando incurre en prácticas de simulación, pues deja de pagar lo que le corresponde por concepto de cuotas obrero-patronales, impuesto sobre la nómina, Infonavit, Afore, cesantía y vejez.

«Yo mismo soy patrón. Tengo 20 trabajadores y cuando hay que pagar las cuotas del IMSS es bárbaro, pero estoy tranquilo porque sé que estoy pagando y si llega a pasarle algo a mi trabajador, me deslindo», dice Juárez Ocoténcatl.

Y es que, en caso de que el IMSS detecte -ya sea porque el propio empleado denuncie o porque el Instituto decida fiscalizar al patrón- que hay algún tipo de simulación o bien que el trabajador no está asegurado, el patrón deberá cubrir los gastos de asistencia médica, hospitalización, medicamentos, servicios auxiliares de diagnóstico y tratamiento, intervenciones quirúrgicas, aparatos de prótesis, gastos de traslado, subsidios, gastos de funeral (si se diera un fallecimiento), indemnizaciones globales en sustitución de la pensión, el valor actual de la pensión y un 5% adicional del importe de todo lo anterior por gastos de administración.

Adicionalmente, el Seguro Social puede cobrar las cuotas obrero-patronales en forma retroactiva al empleador. Así, «los patrones deben preguntarse ¿qué es más caro?».

Altos costos y falta de solidaridad

El experto estima que son dos las razones por las que esta situación tiene tanta incidencia en México. La primera es que muchos empleadores consideran que el pago completo de las prestaciones de ley es muy oneroso y el trámite es extremadamente complicado.

Explica que de los 900,000 patrones registrados ante el IMSS, únicamente 6,000 son empresas con más de 300 trabajadores, con lo cual la mayoría de los empleadores son micro y pequeñas empresas «a las que les cuesta mucho pagar las cuotas, y además tiene que dar información detallada al SAT cada dos meses sobre las cuotas que paga por trabajador, son procesos administrativos complejos que los patrones chiquitos no quieren asumir, y se la juegan».

Existen programas de fomento a la formalización, como el Régimen de Incorporación Fiscal, que permiten a las empresas pequeñas y micro deducir el 50% de las cuotas patronales al contratar a personas sin antecedentes laborales durante el primer año. «Pero poca gente se mete en esto porque sigue siendo oneroso».

La segunda razón, «y la que más pesa» es la falta de conciencia y solidaridad que hay en México hacia las personas.

«El mexicano es -supuestamente- muy solidario cuando hay tragedias, pero en el día a día no es así. Es una cuestión de cultura. Siempre nos quejamos de la corrupción en México y culpamos a los políticos cuando realmente no somos honestos, estamos dándole la vuelta al Seguro Social y al pago de impuestos».

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