Desde antes de comenzar su campaña electoral y hasta la conferencia de prensa que sustentó este miércoles, Donald Trump ha mantenido una actitud en la cual la política es el arte de mentir con la verdad. Y no sería raro que esa misma posición la mantenga a partir del 20 de enero cuando tome posesión como presidente de Estados Unidos y comience a modificar el modelo económico neoliberal y globalizador.

Veamos: en su reunión con periodistas reiteró que va a construir el muro fronterizo con México y que lo pagaremos los mexicanos, a través de pagos directos o por medio de impuestos o de diversas formas. Ahí hay una mentira, pues seguramente no saldrá un solo peso de México para esa pared. Sin embargo, hay una gran verdad, pues de alguna manera ya lo comenzamos a pagar, cuando empresas como Carrier o Ford han dejado de invertir en la República Mexicana para instalarse en suelo de la llamada Unión Americana. En este caso Trump miente con la verdad.

En la misma conferencia, dijo: “Respeto al gobierno de México. Respeto al pueblo de México. Los amo. Mucha gente de México trabaja para mí. Son fenomenales. El gobierno es genial. No los culpo por lo que ha sucedido. No los culpo por tratar de sacar ventaja de Estados Unidos. Me gustaría que nuestros políticos fuesen tan astutos”.

Otra vez miente con muchas verdades: Por ejemplo, en México hay “muchas gentes” que trabajan para él. Y en este sentido nada más vale la pena pensar cuántos mexicanos hay que quieren que nuestro país se una estrella más de la bandera de las estrellas. Además, hay que recordar que muchos mexicanos que trabajan en Banamex sirvieron de publirrelacionistas de Trump en su visita a México. Añade: “Me gustaría que nuestros políticos fuesen tan astutos”. En este sentido no creo que se refiera a la astucia de los políticos mexicanos en general, sino a muchos que, a través de sus acciones han beneficiado a Estados Unidos por encima de México. “No los culpo por tratar de sacar ventaja de Estados Unidos”. Dijo también. Véase que ya modificó el discurso, pues no señala que México ha sacado ventaja de Estados Unidos (por medio del Tratado de Libre Comercio, como lo expresaba hasta hace unos días), sino “por tratar de sacar ventaja”. Otra gran verdad ¿Cuántos mexicanos no quieren (desean, anhelan, intentan) sacar ventaja de Estados Unidos? Trump no mintió cuando en su campaña dijo que el TLCAN ha propiciado el cierre de empresas en Estados Unidos o la cancelación de empleos, pero sí lo hizo cuando dijo que México había sido más beneficiado por ese acuerdo que su país. En fin, siempre ha sabido mentir con la verdad.

Pero lo que sí es una verdad, que ha sabido disfrazar con otras mentiras, pero también con verdades, es que su odio hacia México existe y lo hace notar cada vez que puede aunque matice sus palabras.

¿Por qué el odio? Y aquí reitero alguna información que publiqué hace unos meses y que se difundió a través del video-reportaje-documental “Stop Trump”, realizado por Carlos Altamirano y Federico Campbell Peña, el odio se debe a que muchos de sus grandes negocios en México fueron frustrados.

1.- En 2006, Trump presentó en maquetas, un hermoso proyecto para comercializar playas cercanas a Tijuana, Baja California. Con sus socios mexicanos. El proyecto Trump Ocean Resort Baja Mexico, fue promovido por rimbombantes empresas de Trump como Newland International Properties e International Irongate Partners, y proponía un complejo con tres torres de condominios y un complejo hotelero (tres mil habitaciones) con restaurantes, jardines, campos y todos los servicios, con inversión de alrededor de 300 millones de dólares. Fracasó porque los terrenos eran un desecho de aguas negras. Muchos compradores pagaron por adelantado y se presentó una demanda colectiva por parte de 69 compradores, en el expediente JCCP4642 de la Corte Suprema de California.

2.-En 2011, desde Miami, lanzó un proyecto de 350 millones de dólares a realizarse en Cozumel, denominado “Punta Arrecifes Resort”, el cual se pretendía construir en una zona reservada por las autoridades ambientales como “área natural protegida”. El proyecto, desde luego, fracasó porque se trataba de un ecocidio y, por segunda ocasión, Trump vio frustrados sus intereses económicos de establecer en nuestro país proyectos inmobiliarios.

3.-Un intento más se realizó cuando Trump entabló pláticas con el exgobernador de Sonora, el panista Guillermo Padrés, para otro proyecto, pero ahora en Puerto Peñasco, Sonora. El asunto quedó en el papel, pero Padrés, su posible socio, es uno de los exgobernadores panistas que enfrentan problemas judiciales por su mala actuación como mandatario estatal.

Así las cosas, Donald Trump odia a los mexicanos porque no le han dejado hacer grandes negocios en su territorio, pero esa verdad la esconde en otras verdades. Por eso, Donald Trump (quizá copiando a los políticos mexicanos, a los que ahora dice admirar) miente con la verdad. Dice el filósofo del metro: la política es una profesión en la que se dicen verdades para encubrir mentiras.

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