Apenas tres fines de semana después de que México acaparara la atención internacional con la celebración del Gran Premio de México de Fórmula 1 y el primer desfile temático del Día de Muertos, este 21 de noviembre nuestro país volvió a estar en los ojos del mundo con motivo de la realización de un partido de futbol americano en un renovado Estadio Azteca. Este partido es de suma relevancia pues fue la primera vez que se juega el popular Monday Night fuera de los Estados Unidos, país donde este deporte es el de mayor audiencia televisiva y número de aficionados
En el caso de México el futbol americano cuenta con una larga tradición a nivel colegial y es el segundo deporte de equipo más popular, sólo después del futbol soccer. La NFL estima que la Ciudad de México es la ciudad donde la liga tiene un mayor número de seguidores fuera de Estados Unidos. De hecho, la capital de nuestro país ocupa el séptimo lugar con mayor número de fanáticos de la NFL, detrás de 6 ciudades estadounidenses.
El juego se disputó el pasado lunes entre los Raiders de Oakland, con marca de 7 ganados y 2 perdidos, que son uno de los equipos con mayor tradición y número de aficionados en México, y los Texans de Houston, que llegaron con 6 victorias y 3 derrotas, y son un equipo de reciente creación pero con un gran número de seguidores de habla hispana. Además, hay que destacar que el partido llegó en un momento clave de la temporada de la NFL, pues ambos son equipos con buen paso y que están peleando por mantener el liderato de sus divisiones y un lugar en los playoffs, por lo que el interés de los aficionados fue aún mayor en un estadio lleno y con gran ambiente.
Traer este partido a nuestro país ha sido posible gracias a las gestiones realizadas por el Gobierno Federal a través de la Secretaría de Turismo y se enmarca dentro de la estrategia del presidente Peña Nieto de posicionar a México como un destino turístico de clase mundial, siempre con el objetivo de consolidar al turismo como motor de crecimiento y generador de oportunidades de desarrollo para la sociedad. Todo el evento y actividades complementarias, que contaron con la participación del gobierno de la Ciudad de México en la organización, generarán una derrama económica de casi 80 millones de dólares distribuidos entre una exposición mediática para el país equivalente a 40 millones de dólares y el resto provenientes de los propios espectadores en el estadio, los visitantes que llegan de otras ciudades, los equipos y todo el personal de apoyo que demanda un evento de esta magnitud, los patrocinadores y la venta de souvenirs.
El evento fue presenciado en el estadio por más de 75,000 espectadores, de los cuales cerca de 11,000 fueron extranjeros, además de 35 millones de televidentes alrededor del mundo.
Además hubo eventos complementarios durante todo el fin de semana, a fin de sacar el mayor provecho al partido y de que un mayor número de personas puedieran disfrutar de un suceso como este. Así, disfrutamos del Fan Fest de 3 días en el bosque de Chapultepec en donde hubo más de 10 actividades, como firma de autógrafos, concursos, presencia de ex jugadores y porristas, clínicas de tochito, juegos interactivos, exhibiciones, entre muchas más. También, se llevaron a cabo actividades para fomentar la práctica del deporte, como clínicas para niños y niñas “NFL Play 60” en el Campo Marte con el miembro del Salón de la Fama de NFL Anthony Muñoz, jugador de ascendencia mexicana considerado uno de los mejores tacles ofensivos de la historia.
Se contó también con juegos interactivos en el Monumento a la Revolución, así como actividades y eventos con reconocidos ex jugadores de la NFL, recorridos en Turibus con la participación de porristas y un torneo en el Club de Golf México.
Por todo lo anterior, estoy seguro que al igual que sucedió con la Fórmula 1 y el Desfile de Día de Muertos, el partido que fue todo un éxito, servirá para empezar a cerrar el que ha sido un extraordinario año en materia de turismo. Más allá de los beneficios económicos y publicitarios que obtendrá nuestro país, es una muestra más de nuestra capacidad de organización y de la estrecha unión y cooperación que, más allá de cualquier coyuntura política, existen entre los pueblos mexicano y estadounidense.