El video de las “disculpas” del candidato republicano Donald Trump tras la publicación de una cinta de hace 10 años en el que hace comentarios lascivos sobre las mujeres y su forma de acecharlas, cerró con una desafiante amenaza:

“He dicho algunas cosas tontas, pero hay una gran diferencia entre las palabras y las acciones. Bill Clinton de hecho ha abusado de las mujeres y Hillary ha acosado, atacado, avergonzado e intimidado a sus víctimas. Discutiremos más de esto en los próximos días. Nos vemos en el debate del domingo”.

Tras el primer careo con su contendora, la demócrata Hillary Clinton, el magnate repitió varias veces que por “respeto a su hija” que estaba en el auditorio, había evitado decir cosas relacionadas con el pasado de infidelidades de su esposo, el expresidente Bill Clinton.

Desde entonces la amenaza de que usará esa información en el segundo debate, que tendrá lugar este domingo en St Louis, Missouri, ha ocupado la conversación de analistas y de sus propios voceros que calificaron como “caballeroso” el acto de Trump, de no echar mano de tal polémica en su primer encuentro con la ex secretaria de estado.

Pero ahora frente a las reacciones de miembros de su propio partido que uno a uno han ido retirándole el apoyo por lo exacerbado de sus comentarios contras las mujeres, ¿cambiará Trump su estrategia para este domingo? Las expectativas crecen ahora que l a campaña de Clinton anunció una respuesta al video divulgado por el Washington Post, precisamente durante el debate.

 

“Trump entra herido de muerte al debate, y es posible que ventile las infidelidades de Clinton para decir que en todas las familias pasan estas cosas, pero sobre todo para atacar a Hillary por proteger a su marido, en vez de denunciarlo”, dice a Univision Noticias Alfonso Aguilar, analista republicano y director de Latino Partnership Conservative Principles, organización que también hizo un llamado a todos los republicanos para que exijan la renuncia de Donald Trump.

La campaña de Trump viene insistiendo en que Hillary jugó un rol determinante en acallar a las víctimas que estaban denunciando incluso “abusos sexuales” de su marido, y esta mañana el comentarista conservador y cercano amigo de Trump, Sean Hannity, emitió una catarata de tuits reciclando el escándalo de Mónica Lewinsky.

Aunque las conocidas infidelidades de Bill Clinton fueron eje de un escándalo sin proporciones hace casi 20 años y casi le cuestan la presidencia, Aguilar recuerda que esos “son los pecados de él y no de su esposa”. Hacer ese planteamiento puede salirle muy mal a Trump porque culpar a una mujer de las infidelidades de su marido, es un argumento «muy sexista y misógino».

La paradoja de ambas situaciones, según Aguilar es que cuando el escándalo de Bill Clinton estalló, “los demócratas no lo denunciaron, en cambio ahora los republicanos sí estamos denunciando a Trump. El único que tomó el camino en ese entonces fue Tim Kaine, quien pidió la renuncia de Clinton. Es posible que Trump quiera recordarlo».

Para el analista, lo mejor que puede hacer Trump ahora «es encarar a Clinton con las revelaciones de Wikileaks sobre los discursos que dio en Wall Street, ese escándalo terminó opacado por todo el lodazal que generó el video”. «Se viene un debate muy desagradable».

«Sin autoridad moral»

Para el estratega republicano César Martínez, el video obtenido por el Washington Post a través de una fuente anónima, demuestra que Trump no está moralmente a la altura de traer estos temas a colación, cuando él mismo ha vilipendiado a las mujeres de múltiples formas, no solo de “palabra”, como asegura en su mensaje.

“Trump no tiene autoridad moral para hablar de infidelidades”, opina Martínez, quien fue asesor de la campaña de Jeb Bush. “No habíamos tenido en la historia un candidato con tal desfachatez hacia la mujer, y es un terreno movedizo traer esto temas sabiendo que la mitad del público serán mujeres y la otra mitad hombres que tienen madres, hermanas, e hijas”.

La otra desventaja para Trump en el cara a cara con Clinton es que el formato de asamblea ciudadana y la posibilidad de tener preguntas abiertas del público lo puede hacer meterse más en el lodo frente a un electorado que seguramente querrá escuchar más de propuestas.

“Si rebajamos la pelea a quién cometió infidelidades, el resto de la elección va a ser como un show de Bill Cosby. La gente está más preocupada por los empleos y por la seguridad”.

Para Martínez, si bien la sociedad norteamericana reaccionó «duramente» a la infidelidades del Bill en la presidencia “él ya iba de salida de la Casa Blanca, aquí estamos contratando a un presidente y estamos a tiempo de pararlo”:

“Deberíamos empezar a portarnos como adultos”, advirtió el analista y añadió “por ahora no dejemos a los niños ver este debate. La discusión va a ser realmente desagradable”.

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