La serie deja ver de dónde vienen los problemas que tiene que superar México para dejar de ser tercermundista y el problema definitivamente no son los españoles, ellos sólo llegaron amplificarlo con el catolicismo.
Muestra la desconfianza hacia el conocimiento y la envidia hacia quienes conocen, más como en este caso, si es una mujer quien sabe.
Parece que hay una regla no escrita que ha perdurado y que dice que entre menos sabes serás más feliz. ¿Cómo podemos tener universidades de primera, si de entrada se desconfía de los que asisten a ella? ¿Cómo si no estamos preparados para cuestionar? Si lo que se enseña solo sirve para moverse en el sistema.
Mientras en Europa se estaban generando nuevas ideas, aquí se quemaban libros y a cualquiera que los leyera. La inquisición en nombre de la fe, desarrolló los métodos de tortura más crueles que se puedan imaginar -todo lo que hizo Hitler fue usar costumbres y torturas inventadas por la inquisición-. Tu cuerpo no vale nada, pero a tu alma hay que salvarla. ¿Pecaste? Autoflagelarse es la opción para la salvación.
Esto le ha costado al país no entender el valor de la educación, la educación es peligrosa.
La mayor parte de la gente quiere que sus hijos estudien y que tengan un trabajo de preferencia en el gobierno o en algún partido político o en una “buena» empresa, lo que no quieren es que sepa, porque sí sabe el sistema se le va a venir encima.
Pero para que les cuento mejor vea Juana Inés, la miniserie mexicana que produjo Canal 11. Muy bien montada y actuada, refleja claramente la época y el grupo al que pertenece cada uno de los personajes.
Además destaca la actuación no solo de Arcelia Ramírez como Sor Juana Inés de la Cruz, sino también la de dos destacados tijuanenses: Hernán del Riego como el Padre Antonio Núñez de Miranda y de Carlos Valencia como el Arzobispo Francisco de Aguiar y Seijas.
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