Alrededor de 7.000 migrantes son detenidos a diario tras cruzar la frontera entre Estados Unidos y México, informó el martes el jefe de la Patrulla Fronteriza, lo que representa un fuerte aumento respecto a la cifra registrada en febrero y surge en momentos en los que el gobierno del presidente Joe Biden se aproxima a una decisión sobre si poner fin a las restricciones al asilo implementadas para evitar la propagación del COVID-19.
El jefe de la Patrulla Fronteriza, Raul Ortiz, dijo que 1.500 cubanos fueron detenidos en la víspera, más del doble del promedio diario de febrero. Asintió cuando le pidieron confirmar que aproximadamente 7.000 migrantes estaban siendo detenidos diariamente, en comparación con el promedio diario de 5.900 registrado en febrero.
El fuerte aumento, en caso de que siga así, podría superar los niveles de migración alcanzados el año pasado, en 2019 y en otros periodos de mayor actividad.
Este es un problema bipartidista, hay que sumar a ambos partidos, comentó Ortiz en la Expo de Seguridad Fronteriza, una conferencia del sector que se lleva a cabo en San Antonio, Texas.
El Departamento de Seguridad Nacional anunció que tiene planes para tres escenarios: para el nivel actual de cruces fronterizos ilegales, para unas 12.000 detenciones y para unas 18.000, una cantidad impresionante pero que las autoridades dicen es simplemente para estar preparados y no una proyección como tal.
El gobierno estadounidense enfrenta la llegada de migrantes de países que generalmente no enviaban un número tan elevado de personas a Estados Unidos, como Cuba, Nicaragua, Venezuela y Colombia.
Desde marzo de 2020, Estados Unidos ha utilizado una orden de salud pública instaurada para prevenir la propagación del COVID-19 para expulsar a migrantes más de 1,7 millones de veces sin darles la oportunidad de solicitar asilo. Se tiene previsto que esta semana los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades tomen una decisión sobre si prorrogar el Título 42, nombrado así por una ley de salud pública de 1944.
Algunos migrantes de países como Cuba siguen siendo liberados en territorio estadounidense para que soliciten asilo debido a que los costos y problemas diplomáticos impiden que Estados Unidos los envíe a casa.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas tiene unas 21.000 camas disponibles en sus centros de detención, informó Corey Price, director de las operaciones de aplicación de la ley y expulsión de la agencia. Incluso si desocupara sus camas, estarían llenas este fin de semana con los recién llegados. La agencia está revisando la opción del arresto domiciliario y otras alternativas, dijo.
Las tasas de COVID-19 han ido a la baja entre los migrantes que cruzan la frontera, lo que plantea más dudas sobre las bases científicas para dejar en vigor el Título 42. Aunque no existe una tasa global para los migrantes, los resultados de las pruebas realizadas en varios de los principales corredores para el cruce ilegal de la frontera indican que está muy por debajo de los niveles que generaron preocupación entre las autoridades estadounidenses.
En California, 54 de 2.877 migrantes dieron positivo al virus en las primeras dos semanas de marzo, de acuerdo con el Departamento de Servicios Sociales del estado. Esa es una tasa de apenas 1,9%, comparado con el punto máximo de 28,2% registrado el 8 de enero.
En el condado de Pima, en Arizona, el cual incluye Tucson, la tasa de casos positivos de siete días entre los migrantes no superó el 1,3% a principios de marzo. La tasa de infecciones entre 5.300 migrantes que se realizaron la prueba el mes pasado en el Centro Regional de Salud Fronteriza cerca de Yuma, Arizona, fue de 0,1%.
McAllen, Texas ”la ciudad más grande situada en el corredor para cruces ilegales más transitado_, tiene una tasa más alta entre los migrantes: 11,3% en la semana que terminó el 16 de marzo, pero ha sido sistemáticamente inferior a la de la población general.
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El periodista de The Associated Press Elliot Spagat en San Diego contribuyó a este despacho.