La educación sexual representa una oportunidad para que jóvenes aprendan temas de salud y derechos, pero también para protegerse de la violencia. En este sentido, es responsabilidad del Estado brindar las herramientas para que esta población satisfaga sus necesidades y proteja a jóvenes, adolescentes e infantes de los diferentes riesgos que existen en torno a la sexualidad.
La Dra. Teresa Fernández de Juan, investigadora del Departamento de Estudios Culturales de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), señala que la educación sexual reduce los riesgos entre la gente joven porque aumenta el uso de métodos anticonceptivos contra embarazos no deseados y las enfermedades venéreas, pero va más allá y amplía la capacidad de las personas para cuidar de sí mismas y de los demás en los ambientes íntimos y por otro lado ayuda a desarrollar la empatía.
De igual mañanera, señala que contribuye a que las relaciones sexuales sean en igualdad, que sean relaciones felices saludables y sobre todo consensuadas, entre otras cosas porque reduce la violencia machista. Agrega que, cuando no existe educación sexual en las escuelas, suelen recurrir a otras fuentes de información que distorsionan la realidad y ofrecen interpretaciones erróneas
La especialista de El Colef recalca que la educación sexual no solamente tiene que ver con derechos sino también con salud e información para que niñas, niños y adolescentes tengan más herramientas para desarrollarse plenamente y vivir con dignidad, y para que sean capaces de construir y mantener relaciones sanas que son precisamente las relaciones sin violencia.
De igual manera, señala que iniciativas como el Pin Parental, donde padres deciden sobre la educación sexual que recibirán sus hijos, son contraproducentes debido a que, en la mayoría de las veces, los padres no tuvieron campo con educación sexual en su infancia ni en su juventud y son producto de las desviaciones de la cultura patriarcal, lo cual propicia aquellos niños y jóvenes que no reciben una educación sexual adecuada y se vea orillado a buscar información por sus propios medios.
La reflexión completa de la Dra. Teresa Fernández de Juan