El gobierno mexicano prevé que el nivel de endeudamiento del país crecerá como proporción de la economía nacional este año y el próximo, como resultado de un enfriamiento esperado de la actividad, lo que refuerza la perspectiva de un escenario complejo para las finanzas públicas de cara al arranque del próximo sexenio.
La Secretaría de Hacienda proyectó que los requerimientos financieros del sector público o RFSP, una variable que mide las necesidades de financiamiento para alcanzar los objetivos presupuestarios, se ubicarán en 5.9% del producto interno bruto (PIB) este año, una cifra que se ubicó 0.5 puntos porcentuales por encima de la estimación del Paquete Económico de 2024, de acuerdo con los Precriterios Generales de Política Económica para 2025 entregados hoy al Congreso.
Hacia finales del próximo año, el gobierno estima que los RFSP se sitúen en 3% del PIB, lo que se ubicó 0.4 puntos porcentuales frente a la proyección previa, una situación que obligaría a la próxima administración a realizar un ajuste considerable al gasto.
Con base en los nuevos cálculos del nivel de financiamiento requerido, Hacienda prevé que el saldo de la deuda se ubicará en 50.2% del PIB en ambos años, lo que contrasta con su pronóstico anterior de 48.8% e implica un alza aún mayor frente al 46.8% reportado en 2023.
Pese a ello, la dependencia reiteró que el nivel de deuda es estable y sostenible hacia el mediano plazo, además de que el aumento previsto en el déficit público tendrá un ‘carácter transitorio’. Incluso, reiteraron que la posición fiscal del país es mejor frente a la de otras naciones comparables de Latinoamérica, lo que desde su punto de vista justifica este mayor endeudamiento ‘temporal’.
“Las finanzas públicas permanecerán estables, en línea con el cumplimiento de las metas fiscales planteadas para 2024, y para 2025 se anticipa un nivel sostenible de la deuda pública como porcentaje del PIB”, dijo Hacienda, en un comunicado.
Si bien las autoridades confían en lograr la consolidación fiscal necesaria para reducir el déficit en 2025 y, con ello, retomar la senda de la austeridad en el gasto que este gobierno promovió durante sus primeros años, algunos creen que un ajuste de casi tres puntos porcentuales en los RFSP del próximo año es inviable, ante los compromisos que la siguiente administración tendrá que afrontar.
Otros cuestionan que las metas de deuda se han rebasado en cuatro ocasiones durante este sexenio, la última de ellas en 2023 con un sobreendeudamiento de 5.6% o 71.8 miles de millones de pesos, pero dichos recursos no se han destinado a actividades que promuevan el crecimiento económico.
“Pese a la narrativa de la austeridad, la realidad es que el gobierno federal está echando cada vez más mano de la deuda para solventar el gasto público”, dijeron expertos de la organización México Evalúa, en un análisis publicado a finales de febrero. “El mayor problema es que buena parte de este endeudamiento no se utiliza para fines productivos; además, el pago de intereses se está incrementando de forma acelerada”.
El problemático escenario que tendrá que encarar la próxima administración para reducir el déficit es lo que ha llevado a algunos economistas a plantear la urgencia de una reforma fiscal que ayude a subir los ingresos públicos y ampliar la base tributaria, aunque en su opinión, ello tendría que ir acompañado de una reorientación del gasto en ciertos rubros, particularmente en lo relativo a las transferencias a la empresa estatal Petróleos Mexicanos o Pemex.
“La nueva administración en México enfrentará el desafío de implementar una estrategia de consolidación fiscal dado el déficit presupuestario esperado en 2024. Esto puede requerir una reforma que mejore los ingresos”, dijeron Shelly Shetty y otros analistas de la agencia calificadora Fitch Ratings, en un informe este mes. “Elaborar una estrategia de apoyo y recuperación para Pemex también puede ser importante, debido a su débil perfil financiero y al apoyo gubernamental ad hoc brindado a la empresa”.
Los nuevos pronósticos de una mayor deuda sorprenden además porque el gobierno mantuvo sin cambios sus estimados de crecimiento económico, de manera que para 2024 prevé un avance de entre 2.5 y 3.5% y para 2025 de entre 2 y 3%, de acuerdo con el informe de Hacienda.
Las autoridades también esperan que la inflación finalice el año actual alrededor de 3.8% –sin cambios frente al presupuesto aprobado por el Congreso–, mientras que su estimación para 2025 subió de 3 a 3.3%.
En cuanto al tipo de cambio, los funcionarios de Hacienda prevén que el valor del dólar al cierre de 2024 sea de 17.80 pesos y para 2025 alcance los 18 por divisa estadounidense, lo que se ubicó por debajo de los pronósticos previos de 17.9 y 18.1 pesos, respectivamente.
Por último, el gobierno estimó que el precio promedio de la mezcla mexicana de petróleo, una variable que incide en la cantidad de recursos que recibe México, aunque cada vez lo hace en una menor proporción, será de 71.3 dólares este año y bajará a 58.4 dólares en 2025.
El documento de precriterios sirve como insumo para eventualmente elaborar el presupuesto del país en 2025, con base en los ingresos esperados de acuerdo con la actividad económica esperada, el nivel del tipo de cambio y los ingresos de rubros como la venta de petróleo, además de otras variables de gasto.