Gabriel Zaid cumple noventa años y el tiempo no pasa, más bien afina su mirada crítica. Su obra publicada sigue vigente, aparecen nuevos títulos y no cesan los proyectos. Lo que fueron libros monumentales, ensayos arduamente trabajados, tesis comprobadas en su consistencia teórica y su eficacia práctica, hoy se replantean y recrean en teoremas en prosa sobre los males del país, los espejismos del progreso, las vías para una existencia más productiva, significativa, modesta y mejor. Pero lo más notable es la creación: lector de la realidad, la terrenal y la trascendente, Zaid sigue encontrando en ella -y se diría que cada vez más- ángulos, facetas, sorpresas, mecanismos, milagros que nadie ve, hasta que él los ve.
Al morir Cosío Villegas, Zaid tomó la estafeta. En enero de 1977 apareció su ensayo-epitafio: «El 18 brumario de Luis Echeverría». Al final de la década publicó un pequeño artículo: «Cómo hacer la reforma política sin hacer nada». Ese «hacer nada» se refería simplemente a dejar que los electores mostraran sus preferencias en las urnas. (En esos tiempos nadie hablaba de la democracia necesaria). Pocos textos comparables a «Escenarios sobre el fin del PRI», publicado en Vuelta a mediados de 1985. El solo título parecía una desmesura: el PRI era símbolo de eternidad. Pero alguien tenía que pensar el desenlace y fundamentarlo. Ese pionero fue Zaid (leído y plagiado, pero no citado). Años más tarde, en un apéndice, recordó una frase de Kant: «No falta gente que vea todo muy claro, una vez que se le indica hacia donde hay que mirar».
La sociología del poder político lo llevó a la sociología del poder universitario y, a partir de este, a la sociología del poder revolucionario. Zaid no juzgaba a las guerrillas por la imagen que buscaban proyectar de sí mismas sino por su red de intereses, sus ambiciones concretas. Aplicaba el marxismo a los marxistas, con resultados sorprendentes. Los ensayos que dedicó a la guerrilla en Centroamérica se reprodujeron en varias revistas influyentes de Europa y Estados Unidos. Su propuesta de entonces para México y para toda Iberoamérica era la democracia. Le llovieron insultos, descalificaciones y anatemas. La historia, queda claro hoy más que nunca, le dio la razón.
En el número de enero de Letras Libres dedicado a Zaid, el lector podrá encontrar una guía a la lectura de su obra1. El Colegio Nacional ha reunido parte de ella en seis hermosos volúmenes. En Random House circulan varios de sus libros. Es un clásico vivo.
1 Puede leerse en https://letraslibres.com/revista/gabriel-zaid-una-guia-de-lectura/.
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