De acuerdo a la estúpida ley mexicana, apenas ayer comenzaron las precampañas para elegir a los distintos candidatos. Sin embargo, gracias a las eternas simulaciones, muy propias en nuestro país, ya llevamos muchos meses de campaña presidencial. De hecho, sabemos quiénes serán los tres que aparecerán en la boleta: Claudia Sheinbaum por la alianza Morena-PT-Verde, Xóchitl Gálvez por la coalición PAN-PRI-PRD y Samuel García por MC.

Los partidos nos han espoileado el final de esta película. Ya conocemos el desenlace de estas precampañas que empezaron ayer y terminarán el 18 de enero próximo.

No obstante, en este periodo se agrega algo muy importante que los candidatos no habían tenido: anuncios en la radio y en televisión. En un país donde los medios abiertos, sobre todo la televisión, siguen siendo la principal fuente de información para muchos segmentos de la población, los spots sí pueden hacer la diferencia y mover las preferencias electorales.

Los candidatos, sobre todo los rezagados, deben aprovechar todo lo que puedan esta primera ronda de spots porque luego, como consecuencia de la absurda ley electoral que tenemos, habrá un periodo de silencio entre el 18 de enero y el primero de marzo. Una verdadera tontería que puede afectar tremendamente al candidato que trae el mejor momentum electoral.

Pero ya no me quejo más de nuestras leyes estúpidas que suficiente lo he hecho desde la reforma electoral de 2007. Me concentro en los primeros spots que han salido al aire.

Los tres candidatos, como dice el libro de texto, los utilizaron para presentarse formalmente frente al electorado.

Comienzo con los de Claudia. Es la candidata que va arriba en las encuestas con una diferencia de dos dígitos. Arranca, sin duda, como la favorita. Trae detrás el apoyo del aparato partidista más fuerte en el país: Morena y aliados gobiernan en 23 de las 32 entidades federativas. Cuenta, además, con el soporte del presidente López Obrador y el gobierno federal.

En el país hay, de acuerdo a las encuestas, un ánimo de continuidad. Por eso, Sheinbaum  se presenta en los spots como la candidata de esta opción. Ella viene a seguir el camino de la transformación y se siente orgullosa de este proyecto, así como de ser mexicana.

Supongo que esta última afirmación salió de grupos de enfoque donde la gente tenía dudas sobre su verdadera nacionalidad debido al apellido. Lo entiendo perfectamente. A mí me ha ocurrido a lo largo de mi vida. Muchos no creen que sea mexicano por tener un apellido de origen alemán y no español.

En los spots, Claudia sonríe, se ve acompañada de una pluralidad de mexicanos y promete continuidad. No hay más. Y no tiene por qué haber más. Mientras siga tan arriba en las encuestas, Sheinbaum, como hizo Delfina Gómez este año en la elección del Estado de México, tiene que “nadar de muertita” para no cometer errores. Administrar la ventaja. Y, muy importante, seguir vendiendo la idea de que ella ya ganó, que las campañas son un mero trámite. El concepto de “que este arroz ya se coció” desmotiva y desmoviliza a los votantes opositores, como también sucedió en el triunfo de Delfina en el Edomex.

Xóchitl tiene que darse a conocer en la mitad del electorado que no sabe quién es ella. Y, además, revertir las opiniones negativas que existen sobre su persona cortesía de las acusaciones falsas que hizo el presidente López Obrador en su contra.

En sus primeros spots, Gálvez presenta su biografía, que es su principal fortaleza: una mujer indígena, de una familia pobre, que nació en un pueblecito hidalguense y que, con tesón y trabajo, sacó su carrera y se convirtió en exitosa empresaria y eficaz servidora pública. El eslogan “fuerte como tú” apela a los mexicanos que se parten el lomo por salir adelante y pretende contrastarla con una Claudia tan dependiente de AMLO.

En su primer spot, Samuel se presenta contrastando lo que se dice de él (meme, whitesican, el de “baja la pierna”) y lo que en realidad es (el que derrotó a la vieja política de Nuevo León, el que bajó la pobreza extrema, el que tuvo más mujeres en su gabinete). Obviamente, enfatiza su juventud. Su eslogan es “Samuel el nuevo”, en clara alusión a su edad y al estado que gobernaba donde, se presume, generó buenos resultados.

Los tres candidatos han arrancado como lo recomienda el libro de texto de la mercadotecnia electoral: presentándose y presumiendo sus fortalezas. Nada nuevo y nada espectacular. Ninguna sorpresa. Ya veremos en la próxima ronda de las encuestas si estos primeros spots mueven el reconocimiento de nombre, la opinión que existe sobre ellos y las intenciones de voto.

X: @leozuckermann

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