Brasil mantiene una mayor atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) en comparación con México, porque tiene una economía más grande y más abierta a la entrada de estos flujos de capital, indicó Gregorio Canales, director general de la consultoría North America Investment Solutions.
De enero a septiembre de 2023, Brasil captó US$ 41.631 millones de IED, una caída interanual de 39,5%; mientras que las llegadas a México fueron de US$ 32.926 millones, un aumento de 2,4%.
Otros sectores destacados son el agropecuario, en el que Brasil es una potencia global, y el de la minería, en donde tiene depósitos de clase mundial.
Canales dijo que, en contraste, el gobierno federal de México suspendió las rondas de licitaciones upstream pendientes desde diciembre de 2018 y no ha anunciado planes para reiniciar las subastas; ni tampoco ha dado desde entonces nuevos permisos para concesiones mineras. En cuanto al sector agropecuario, la atomización de la propiedad de la tierra desincentiva la llegada de grandes flujos de IED al país.
MANUFACTURA, LA FORTALEZA DE MÉXICO
A su favor, México atrae gran parte de sus inversiones extranjeras directas a la industria manufacturera (53% de enero a septiembre del año actual), lo que permite un mayor desarrollo económico y tiene un impacto sobresaliente en el empleo.
En todo 2022, Brasil recibió IED por 90,573 millones de dólares, con proyectos enfocados sobre todo al mercado doméstico, y México por 36,396 millones, a menudo con la dualidad de destinarse a producciones tanto para el mercado local como el de exportación, según datos de la UNCTAD.
De acuerdo con un informe de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Brasil sigue abierto a la entrada de IED y la promueve; la IED es habitual en todos los sectores de la economía a pesar de ciertas prohibiciones que afectan a la propiedad extranjera (por ejemplo, servicios postales y energía nuclear) o de las limitaciones o los requisitos de autorización/aprobación previa en ciertos sectores (por ejemplo, servicios de salud, adquisición de tierras rurales, medios de difusión e industria editorial, pesca, minería y exploración de hidrocarburos).
Brasil adoptó varias medidas para mejorar el entorno empresarial mediante la introducción de cambios reglamentarios (por ejemplo, la nueva Ley del Entorno Empresarial de 2021), institucionales (por ejemplo, la creación del Ombudsman de Inversiones Directas) y de procedimiento, así como para facilitar la participación de la inversión extranjera en el transporte aéreo (eliminación de las restricciones a la propiedad extranjera) y en los servicios financieros.
En México, el Estado es propietario de las salinas y de los yacimientos minerales, cuya exploración y explotación requieren una concesión. Para obtenerla, los extranjeros deben establecerse en México y firmar un convenio con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) mediante el cual aceptan ser considerados como nacionales y renuncian a la protección diplomática de su país de origen (“Cláusula Calvo”); en caso de controversia con el Estado mexicano, esta se puede resolver únicamente en los tribunales mexicanos.
México tiene 30 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones (APPRI); 12 tratados de libre comercio con cláusulas sobre inversión; un Acuerdo de Cooperación y Facilitación de las Inversiones (ACFI); y 60 acuerdos sobre doble tributación.
Además, México participa en el Convenio Constitutivo del Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) y, desde 2018, en el Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados (Convenio CIADI).