En cinco años se ha registrado la muerte de 147 manatíes en los cuerpos de agua del noreste del estado de Tabasco y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) continúa sin implementar un plan de contingencia ambiental en aquel territorio.
La actitud ineficaz e indolente de las autoridades ambientales ante lo que ha estado ocurriendo desde que inició el sexenio en los Pantanos de Centla, que es el área más amplia de humedales de la región, no solo está poniendo en serio riesgo la supervivencia de esta especie sino que también está poniendo en peligro a todo el ecosistema de la Cuenca del Usumacinta que es uno de los principales sistemas hidrológicos de México, y que posee un gran porcentaje de la diversidad de flora y fauna de nuestro país, así lo alertó el Presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México, Ernesto Zazueta.
El pasado 19 de agosto la Semarnat reportó 28 manatíes muertos en Tabasco en lo que va de este 2023 (cifra que ya aumentó a 31) e informó que desde el 18 de julio comenzó un monitoreo de la situación. Añadieron que para evitar que las condiciones climáticas, el calor y la humedad, sigan causando la muerte de más manatíes (Trichechus manatus) se desarrollan acciones para atender de manera oportuna esta problemática.
“En efecto, sabemos que se han reunido con la Red de Atención a Contingencias por Varamientos de Marinos y que están realizando recorridos de monitoreo y vigilancia en los diversos cuerpos de agua de la región. Y que se han establecido sitios de muestreos en la zona, así como campamentos de atención para los decesos”.
Pero lo cierto es que, durante estos cinco años, los manatíes y muchos otros animales han muerto de manera masiva y se han registrado fuertes infecciones y padecimientos en las poblaciones aledañas. Además, evidentemente, la actividad pesquera, que es el sustento de miles de personas de la zona, se ha visto muy afectada, y ni la Semarnat ni el gobierno del estado de Tabasco han implementado un verdadero plan de contingencia para proteger el increíble ecosistema conformado por los Pantanos de Centla que es un área declarada como protegida con categoría de Reserva de la Biosfera”, recalcó.
Zazueta Zazueta recordó que desde el 2018 la AZCARM puso en marcha la campaña #SalvemosNuestrosManatíes a través de la cual le demandamos a las autoridades ambientales implementar medidas de manera urgente para evitar la muerte de más ejemplares, pues advertimos que esto provocaría un desequilibrio ecológico al ocasionar el deceso de otras especies y, que esto a su vez, contribuiría al cambio climático. También exigimos que las diferentes industrias de nuestro país operaran con estrictos parámetros de cuidado ambiental, colocando la salud de los humanos, el bienestar de los animales y la protección de la flora por encima de cualquier interés económico y político.
No obstante, nada de lo exigido y prometido por el actual gobierno federal y las autoridades ambientales ha ocurrido. Tras cinco años de haber iniciado la inusual mortandad de manatíes en Tabasco, el problema no solo sigue sin resolverse si no que empeoró, pues estas 147 muertes son producto de la profunda destrucción de la zona en la que está la Reserva de la Biosfera de los Pantanos de Centla, que inició con la construcción de infraestructura petroquímica hace más de 40 y con la construcción de canales artificiales principalmente sobre el cauce del río Maluco.
“Poco se habla de forma oficial de la gran cantidad de metales pesados que se han encontrado en la zona a través de los estudios realizados por la Universidad Veracruzana y por equipos independientes, quienes no tienen otra explicación que la actividad petrolera. Pero esto aunado al crecimiento de las poblaciones humanas en los márgenes de los ríos y al aumento de las actividades agrícolas, siendo especialmente preocupante el cultivo de palma de aceite por su excesivo consumo de agua y excesivo uso de agroquímicos, han propiciado las condiciones para que los manatíes estén en peligro de desaparecer en un futuro cercano en esta zona, sin que la máxima autoridad ambiental de nuestro país hago algo”, reclamó.
En este sentido, el Presidente de la AZCARM indicó que si hubiese verdadera voluntad e interés por proteger nuestra biodiversidad y para evitar que desaparezca esta especie que está incluida en la lista de especímenes en riesgo de la propia Semarnat la NOM-059 y en la lista roja de la UICN. Y si hubiera preocupación por cuidar la salud y el sustento de los habitantes de Macuspana, Centla, Jonuta, Paraíso y Centro, la dependencia ambiental ya hubiese tomado medidas series, realmente eficaces para proteger uno de los 15 humedales más importantes del mundo.
“La actividad ganadera sin control, las fugas de los ductos de Pemex y la falta de mantenimiento de sus estaciones gaseras, la expansión desmedida de cultivos de palma de aceite, los cambios de uso de suelo ilegales, la falta de un sistema de drenaje ante el crecimiento de la población y los constantes incendios provocados para ganar aún más terrenos de siembra, son problemáticas que la Semarnat si podría regular o por lo menos contener.
“Está en juego todo un ecosistema, uno de los más importantes de Centroamérica. Y no exagero, imagínense si mueren animales como los manatíes que pesan en promedio unos 400 kg, qué está ocurriendo con el resto de la flora y fauna, y con las personas que viven ahí. Desde hace cinco años les demandamos un plan de contingencia, hoy prácticamente ya no hay tiempo, ya se van y si no implementan un plan de emergencia, dejarán una verdadera tragedia ambiental en el humedal más importante de Centroamérica”, concluyó.