Sin salud, no hay vida. Por más de que uno insista que el trabajo/ dinero, la familia/ hijos, padres, pareja, los amigos/ la comunidad y las relaciones sociales, hasta las propiedades, bienes y responsabilidades… son importantes para vivir, nada tiene valor si no se tiene salud. emocional.
La salud es vida, es bienestar y es una decisión que se toma cada día y en todo momento.
La salud es una condición necesaria para vivir, cuando se goza de buena salud, uno la da por hecho que la salud es permanente. Es difícil percatarse de la maravilla que es poder ver, respirar, caminar, comer y moverse independientemente. Las preocupaciones, los compromisos y los intereses diarios hacen fácil que uno se olvide lo importante y lo grandioso que es estar sano.
Cuando uno se siente mal, se enferma o le diagnostican un padecimiento, entonces automáticamente reconoce el valor de tener salud, de hecho, hasta descubre el valor de todos los pequeños aspectos que sí tiene cuando uno se siente bien y no padece dolor o tiene alguna limitación.
Covid-19 enfermó al mundo, la salud de la humanidad está en un estado delicado. Personas débiles físicamente, otras lastimadas por las pérdidas económicas y otras más afectadas por la angustia, la depresión y la desesperación por todas las incertidumbres que la pandemia ha dejado.
Para sanar hay que recuperarse del malestar global que afectó a todos por igual. Será necesario aceptar que la vida cambió. Habrá que encontrar una manera de retomar e incorporar todas las transformaciones que se desarrollaron durante y a partir de la pandemia; sobre todo será necesario reconocer que, para sanar hay que tomar conciencia que la salud es una prioridad y hay que hacer todo lo posible por recuperarla.
No es suficiente con encontrar nuevos trabajos, aprender a cuidar la higiene mundial y reconocer que el descanso y la sana distancia son componentes esenciales para la recuperación.
También es importante reconocer que hay que cuidar la mente, sanar los sentimientos y aprender a tener y expresar la gratitud por estar vivo y haber sobrevivido una condición complicada y con un alto riesgo.
Cuidar la salud es una obligación y una gran responsabilidad que otorga la posibilidad de poder disfrutar una vida con un propósito más valioso, vivir saludablemente, felices y con gratitud.
Hay que fortalecernos mutuamente y darle un nuevo valor a la vida, reconociendo que sin salud, no hay vida.