De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de cada 100 habitantes en México, 15 sufren depresión y esta cifra puede aumentar, algunas personas jamás han sido diagnosticadas y viven hasta 15 años sin saber padecen esta afección. La cuarentena por la pandemia de coronavirus COVID-19 afecta a personas con tendencia a la ansiedad y depresión debido al aislamiento.
La tecnología puede ser una herramienta muy útil en casos de aislamiento, pero también conlleva un efecto negativo. El uso excesivo de las redes sociales podría hacer que el usuario se sature de información, tenga acceso a fake news y pierda la noción del tiempo- Los resultados de las métricas medidas por algunas plataformas como Facebook e Instagram registraron un aumento de actividad dentro de las aplicaciones por encima de días festivos como Navidad, Año Nuevo y otras festividades que se celebran alrededor del mundo.
El aislamiento obligatorio en algunos países por la propagación del COVID-19 puede provocar un malestar psicológico muy grande en muchas personas; de igual manera, aislarse de la sociedad y afrontar el pánico esparcido por la pandemia, transforma de forma considerable las actitudes y emociones de la gente, según expertos.
Algunas de las restricciones de salir a la intemperie pueden hacer que algunos se sientan ansiosos por lo venidero, por las consecuencias, explica el psicoanalista Juan Carlos Covarrubias. «Lo más importante es ser creativos con este tiempo y buscar la rutina y la estructura de siempre, tener paciencia y facilitar que nuestros hijos se sientan más felices y tengan más alternativas de actividades», aconseja el especialista.
Entre los factores que pueden elevar los niveles de depresión se encuentra el pánico colectivo, ya replicado en muchos lugares en el mundo. A través de las redes sociales, se pueden leer notas falsas sobre cómo se puede contagiar la enfermedad, se agotan los productos de limpieza en centros de servicios, compran cubrebocas a sobreprecio, entre otros.
Castilla también considera beneficioso que las personas con depresión o ansiedad quienes viven solas «intenten incrementar los contactos con más personas del edificio», eso sí, siempre por «vía online o telefónica«, con el fin de «poder expresar lo que están viviendo».
Además, dice que hay«profesionales de la psicología en redes sociales que ayudan a tratar la depresión desinteresadamente y hay plataformas de colegios profesionales de distintas provincias creadas con el fin de ayudar en estos momentos» y minimizar el impacto psicológico negativo de esta situación.