La contaminación de las playas por aguas residuales y otros desechos que emite Baja California ha alcanzado tales dimensiones, que la organización Wildcoast, en Estados Unidos, interpuso una demanda para que se tomen cartas en el asunto, pues ya se ha convertido en un problema binacional.
Así lo señaló Fay Crevoshay, directora de Comunicaciones y Políticas Públicas de Wildcoast, organización comunitaria comprometida con la conservación y el mantenimiento de los ecosistemas costeros y marinos, así como la vida silvestre.
“Esto problemas tienen entre 20 y 30 años, donde los focos principales de contaminación son el Rio Tijuana, que desemboca en el Océano Pacífico del lado americano, y la planta de tratamiento en Punta Bandera, la cual desde hace 10 a 15 años que no está tratando agua, y que arroja 1,700 litros de aguas negras por segundo, los cuales desembocan en la playa”, explicó.
“En administraciones pasadas se presentó el proyecto morado, lo iniciaron, pero no continuaron. Estamos hablando con el nuevo gobernador y el nuevo director de Cespt (Comisión Estatal de Servicios Públicos), dicen que sí, que los primeros seis meses, pero después de lo que hemos pasado, somos un poquito escépticos. Pero, por supuesto que esperamos con optimismo y buena fe que realmente solucionen los problemas”, expresó la directiva de Wildcoast.
Y es que el mismo alcalde de Imperial Beach, Serge Dedina, ha declarado la posibilidad de llevar a corte internacional a los gobiernos de Baja California y de México, en busca de hacerlos responsables y que aporten soluciones.
La directiva mencionó que estas aguas tienen muchísimos contaminantes y cuando la corriente va de Sur a Norte, las playas de Imperial Beach, e incluso las de Coronado, son clausuradas por el elevado número de bacterias, lo cual ha llegado al punto de afectar la realización de eventos públicos, sin contar los problemas de salud que está causando esta situación.
“Nuestro evento que hacemos al año, un festival oceánico, lo tuvimos que posponer porque el agua estaba contaminada, mientras que el acalde de Imperial Beach trajo una competencia, un triatlón, y la parte de nado estuvo a punto de suspenderse porque el agua estaba contaminada, cuando se tenían más de 1,500 deportistas que vienen de todo el mundo”, detalló.
El problema principal, resaltó, es la salud pública que afecta a la población, mencionando que hace unos años a un surfista de 16 años se le metió una bacteria por el ojo que le afectó hasta el cerebro.
“Urge detener esta agua. Ya pedimos, presionamos y finalmente hicimos una demanda a CILA, en México, encargada de que no haya derrames, y no pasen contaminantes, y IBWC (Comisión Internacional de Límites y Aguas), en Estados Unidos”.
Crevoshay comentó que antes el problema solo se daba en temporada de lluvias, pero desde hace un tiempo estos derrames de aguas negras están de manera permanente.
Criticó que el gobierno en Baja California no ha invertido en tener un sistema de drenaje adecuado, pues muchos asentamientos no cuentan con el servicio y son derrames que desembocan en el Río Tijuana, sin tomar en cuenta que se trata de materia orgánica que el viento termina por esparcir.
Precisó que en Tijuana existen dos plantas que funcionan muy bien: La Morita y Arturo Herrera, la cuales deberían reusar el agua en lugar de que ésta se revuelva con el Río Tijuana e incremente el afluente de contaminación.
Finalmente, la directora de Comunicaciones y Políticas Públicas de Wildcoast subrayó que se han firmado miles de minutas en reuniones binacionales, pero cuando ocurre alguna contingencia, no existe una comunicación real, por lo que esperan que el gobierno entrante de Baja California sí tome en serio esta problemática.