Recesión. Esta palabra ha activado todas las alarmas en los mercados mundiales esta semana. El miedo a una nueva crisis global, cuando aún colean los perjuicios de la que estalló en 2008, han puesto en alerta a todos los analistas y economistas del planeta. Sin embargo, hay distintos factores que pueden invitar al optimismo, a pensar en que la recesión se quedará en desaceleración.
«No estamos al borde de una recesión en Estados Unidos o global». Así de firme se muestra Esty Dwek, responsable de estrategia global de mercado de Dynamic Solutions. En un comentario de mercado, esta experta admite que se espera que la economía continúa desacelerándose en el corto plazo y que las tensiones comerciales entre las dos mayores potencias del mundo, China y Estados Unidos, aumenten todavía más. Pero aún no toca asustarse.
Este mensaje choca con el lanzado por los mercados en los dos últimos días. El miércoles se conoció que el producto interior bruto (PIB) de Alemania se contrajo un 0.1% en el segundo trimestre del año. Esto implica que la mayor potencia de la Eurozona podría entrar en recesión a cierre del próximo septiembre.
El freno de la ‘locomotora germana’ también tuvo su efecto en la economía de todo el Viejo Continente, ya que entre abril y junio creció a la mitad.
Todo ello provocó una auténtica ‘alerta roja’ en los mercados mundiales hace dos días. Las bolsas sufrieron fuertes pérdidas por la búsqueda de refugio de los inversores en la renta fija. Ello provocó lainversión de la curva de tasas en Estados Unidos y en Reino Unido, es decir, que ambos países se financiaron más barato a largo que a corto plazo. Un hecho que suele anticipar con cierta precisión la llegada de una nueva recesión y que, de hecho, no se producía desde hace más de diez años, coincidiendo con el estallido de la anterior crisis financiera global.
«Los bajos intereses se deben a la búsqueda de rentabilidad en la deuda de Estados Unidos»
Sin embargo, Esty Dwek este giro en la curva de tasas «no apunta a una recesión inminente». «Los bajos intereses (en la renta fija norteamericana) se deben a la búsqueda de rentabilidad en la deuda de Estados Unidos, dado que hay más de 15 billones de dólares de deuda negativa», explica la analista de Dynamic Solutions.
Tendencia de crecimiento en la economía
En su comentario, Dwek argumenta que «por ahora, los datos (macro) apuntan generalmente a una tendencia de crecimiento (en la economía)». Como excepción a la regla apunta precisamente a Alemania por la desaceleración de su PIB en el segundo trimestre de este año.
Asimismo, la gestora de fondos PIMCO anticipa que la Eurozona crecerá entre un 0.75 y un 1.25% al cierre de este año. Acabó 2018 con un incremento del PIB del 1.8%. ¿Las causas de la pérdida de fuelle? La previsible «recesión» en algunos países del Viejo Continente y el impacto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, explica la firma en su comentario mensual de mercados publicada este viernes.
Ayer mismo, el gobierno chino hizo saltar por los aires la tregua entre ambos países: en un comunicado avisó que tomará las «contramedidas necesarias» como respuesta al último arancel aprobado en la Casa Blanca sobre sus exportaciones.
Ante este panorama, no se espera que Estados Unidos y China cierren un acuerdo (si llegan a hacerlo) antes de 2020. Pero Esty Dwek no contempla una ruptura brusca y sin retorno de las negociaciones. El presidente norteamericano, Donald Trump, «necesita asegurarse de que la economía se mantiene» de cara a las elecciones presidenciales del año que viene, asegura.
De hecho, Estados Unidos, la mayor economía del mundo, apunta a un crecimiento del 2.1% en el segundo trimestre (así lo mostró la primera revisión de su PIB en el periodo). Los datos de manufacturas en el país son «débiles», pero los servicios se mantienen, como explica la experta de Dynamic Solutions.
PIMCO prevé que la economía norteamericana crecerá al cierre de 2019 un entre un 2 y un 2.5%. El pasado año lo hizo casi en un 3%, pero actualmente hay varios factores que provocarán el freno, según señala la gestora. Entre otros, el desvanecimiento de los efectos de la reforma fiscal aprobada a finales de 2017 en Estados Unidos y los «vientos en contra» de la desaceleración china y global.
Precisamente este miércoles se conoció que la producción industrial china creció a su menor ritmo en 17 años en julio. La economía del gigante asiático ya cerró el año pasado con su peor dato en 28 años, creciendo un 6.6%. Para 2019, PIMCO prevé que el crecimiento será de un rango medio entre el 5.5 y el 6.5%, ya que la economía de China se ha estabilizado «algo» en el segundo trimestre por los estímulos fiscales y monetarios. Dwek, por su parte, destaca que las ventas minoristas «apuntan a la estabilización».
Otros frentes
Además de estas perspectivas de crecimiento, la experta de Dynamic Solutions llama a la calma sobre otros frentes que preocupan a los inversores desde hace semanas.
Uno de ellos es el divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea (Brexit). Las posibilidades de que este divorcio se lleve a cabo sin un acuerdo entre ambas partes (Brexit duro) han aumentado aparentemente este verano, ante la llegada al gobierno británico del conservador Boris Johnson. Sin embargo, Dwek prevé que la salida del bloque europeo será de forma ordenada, «con una nueva versión del acuerdo de Theresa May (anterior premier)» y Bruselas, afirma. Aunque avisa: este escenario solo tiene una «probabilidad ligeramente mayor» que la convocatoria de nuevas elecciones generales en Reino Unido. Pese a ello, en su opinión, un Brexit duro es poco probable.
Y por otro lado está Italia, donde la incertidumbre ha disminuido esta semana después de que el vice primer ministro ultraderechista Matteo Salvini no haya podido convocar de forma precipitada elecciones anticipadas. Esta analista señala que el líder de La Liga ha vuelto a recuperar su retórica a favor de que el país también salga de la UE. Pero lo más probable, explica, es que dé preferencia a una rebaja de los impuestos y, en consecuencia, abra una nueva batalla presupuestaria con Bruselas.