Un célebre poema de Ramón Campoamor nos advierte: “En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Si recurrimos a un parafraseo contemporáneo de dicho mensaje traslapado al terreno económico, podríamos simplificarlo de la siguiente manera: “percepción es realidad”.
En materia económica nada podría ser más cierto. Generalmente, la percepción sobre una economía suele impactar directamente en el desempeño de la misma. Si existe desconfianza sobre lo que acontece a nivel político, ello se traducirá necesariamente en indicadores económicos negativos. Es por eso que el “Índice de Confianza del Consumidor” es tan importante y se mide globalmente.
- Ahora analicemos: Se anunció al cierre de Julio que la economía mexicana creció, pues el INEGI indicó que el PIB del país aumentó 0.1% entre abril y junio frente a los tres meses previos. Así, se desvaneció la amenaza de 3 trimestres consecutivos de desaceleración, hecho que habría significado el inicio de una recesión técnica en México; concepto que sin duda habría sido devastador para nuestra imagen. Inclusive el presidente festejó en su tradicional conferencia matutina: “Amanecemos con una buena noticia. No les funcionó su pronóstico a los expertos. . .”
- Sigamos analizando: Semana Santa en 2018 cayó en Marzo. En 2019, cayó en abril. Si los factores estacionales no hubiesen influido de esta manera, tendríamos un dato contundente que nos arroja un -0.2% de contracción del IGAE (Indicador Global de la Actividad Económica) desestacionalizado. Así, el IGAE, dato que también proviene del INEGI, sumaría 3 trimestres de contracción, lo cual implica que…bueno, ya sabemos.
Definitivamente debemos de ser críticos a la hora de analizar las cifras que nos son presentadas y las conclusiones que se derivan de un análisis tendencioso. No obstante, también hay veces en que es preciso forzarnos a ver el vaso medio lleno.
Con el reporte del INEGI, ahora sabemos que México oficialmente no entró en recesión. Con ello, el gobierno obtiene un año entero de maniobra económica sin presiones, pues la próxima vez que se dé la posibilidad de juntar tres trimestres de desaceleración continua sería hasta marzo 2020. Adicionalmente, los capitales extranjeros tomarán un respiro y se quedarán en México, y seguramente muchas empresas e individuos retomarán la confianza hacia fin de año ahora que el país vuelve a crecer.
Por lo tanto, la percepción de que este último trimestre fue positivo es tan importante como la realidad misma. Que bien que asumamos en medios masivos y en cifras que vamos hacia adelante. En verdad necesitamos creernos ese mensaje para avanzar como país.