Desde hace casi una década se aprobó el uso de una subfamilia de medicamentos para tratar la diabetes tipo 2, los cuales se ha estudiado que ofrecen otros beneficios para el corazón y los riñones, aunque éstos deben ser recetados de manera adecuada por un médico.
Así lo señaló el Dr. Alberto Navarro Lara, médico internista y endocrinólogo, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), quien estuvo como ponente en la reunión del Colegio Médico de Tijuana que preside el Dr. Abraham Sánchez Frehem.
“El objetivo de esta plática fue darles a conocer a los médicos cómo funcionan los medicamentos, pero sobre todo los beneficios que ofrecen, ya que son fármacos hipoglucemiantes orales que se ha visto tienen otros beneficios”, comentó.
Se trata de tres medicamentos, explicó, la empaglifozina, la canaglifozina y la dapaglifozina, que son tres sustancias diferentes pero con el mismo efecto, ya que son de la misma familia.
El médico internista indicó que dichos fármacos reducen el riesgo de problemas cardiacos, así como la progresión del daño renal, que son las complicaciones que suelen ocurrir en los pacientes con diabetes tipo 2.
Y aunque estos medicamentos son de libre venta, es decir, no se requiere receta médica, el Dr. Navarro Lara advirtió que su uso sin supervisión de un especialista.
“En el paciente diabético se debe personalizar el tratamiento, ya que hay personas en las que los fármacos no funcionan y les pueden ocasionar efectos secundarios que es necesario conocer”, subrayó.
Enfatizó la importancia de acudir con un médico que conozca de dichos medicamentos, ya que no tienen más de 10 años de haber salido al mercado, para que, en caso de experimentar alguna reacción indeseada se actúe de manera oportuna.
“Hay ciertas restricciones cuando los pacientes tienen insuficiencia renal, lo cual se detecta con una depuración de creatinina; en ese caso no funcionarán de manera adecuada, de ahí que el tratamiento debe individualizarse”, apuntó.
Otro efecto de estos medicamentos, agregó, son infecciones genitales por hongos o bacterias, ya que al bloquearse la reabsorción de glucosa en el riñón, la orina que se expulsa tiene grandes cantidades de azúcar que predisponen a infecciones.
Por último, el catedrático de la UABC refirió que esta familia de medicamentos son bastante útiles, pero no son la solución para la diabetes, y sugirió a los médicos de atención primaria el recetar insulina a los pacientes cuando a éstos no les funciona el tratamiento oral.