Si bien floreció a partir de los años 80, la industria maquiladora ha estado presente en la historia de Tijuana desde hace más de medio siglo y a desentrañar las relaciones entre este sector y la urbe fronteriza consagrará el maestro Emiliano Rayas Aguiar su intervención en el Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura.
El maestro Rayas Aguiar ofrecerá la charla “Maquiladoras en Tijuana. La dictadura urbana vs el derecho a la ciudad” el próximo miércoles 10 abril, a las 19:00 horas, en la Sala Federico Campbell, con entrada libre; su disertación forma parte del ciclo de conferencias Historia de Baja California que presenta el CECUT en colaboración con el Instituto de Investigaciones Históricas de la UABC.
La instalación de las primeras maquiladoras en Tijuana data de mediados de los años 60, luego de que Estados Unidos puso fin, en 1964, al Programa Bracero, que había regulado el flujo de trabajadores mexicanos en campos de cultivo de Estados Unidos desde su establecimiento en 1942, en medio de la Segunda Guerra Mundial. Se calcula que durante sus 22 años de vigencia, casi 5 millones de mexicanos cruzaron la frontera para laborar en los campos agrícolas del país vecino.
Formalmente, la industria maquiladora tuvo su origen con el Programa de Industrialización de la Frontera (PIF), establecido en 1965; el PIF surgió como respuesta del gobierno mexicano a la cancelación del Programa Bracero. Con ello se buscaba aprovechar la mano de obra concentrada en las ciudades fronterizas cada vez más pobladas, particularmente Tijuana y Ciudad Juárez, donde entraron en operación las primeras maquiladoras.
El término maquiladora se refiere a la industria de ensamblaje, en la que una empresa envía los componentes de un producto por separado y en las plantas fronterizas se arman quedando listos para su exportación. En la actualidad, el significado del término ha evolucionado hasta designar «cualquier actividad particular en un proceso industrial -por ejemplo, el ensamblaje o el embalaje- realizada por una parte que no es el fabricante original».
Gracias a una serie de incentivos, como exenciones fiscales, facilidades para importar y exportar, y otras ventajas competitivas, la industria maquiladora tuvo una rápida expansión y si empezó a operar en el giro de la electrónica, pronto abarcó casi cualquier campo de la manufactura. Sin embargo, al extenderse las facilidades para el sector, tras la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio en 1994, las maquiladoras dejaron de operar exclusivamente en la frontera y se instalaron en diversas partes del país.
Con ello, las ensambladoras fronterizas disminuyeron su ritmo de crecimiento. No obstante, las plantas que subsisten en Tijuana han venido consolidando su operación en rubros específicos como el ensamblaje de televisores y la industria aeroespacial, entre varios más.
De todo ello hablará el maestro Emiliano Rayas Aguiar, además de otros puntos como las determinaciones que impuso la expansión de maquiladoras en el desarrollo urbano, pues durante su época de auge se construyeron numerosos parques industriales, lo que hizo necesario construir nuevas vialidades y viviendas para los trabajadores, ampliar los servicios públicos y, en general, la expansión de la ciudad.

No hay comentarios

Agregar comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, Tijuanotas se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de Tijuanotas, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.