La capacidad de imaginación que posee el Ser Humano es innata e infinita, al crear ideas, conceptos o imágenes mentales que le permiten alcanzar todo lo que visualiza, siendo fundamental para transformar nuestro entorno, si sabemos bien cómo y qué imaginar, para ser más productivos y felices con nosotros mismos frente a los demás. Debido a que cualquier cosa que hayamos visto en el Mundo, ésta primero que todo empezó como una idea o agrupación de ellas, las cuales luego se transformaron en un hecho concreto mediante la práctica de prueba y error, como por ejemplo los experimentos científicos e inventos o en fin, cualquier cosa.
Por ello es primordial tener muy claro en la mente lo que se quiere, ese norte adonde deseas llegar sea cual sea tu idea, para luego crear una imagen física de ello una y otra vez, siendo la repetición continua la clave en el proceso de construcción mental.
Así mismo, eso puede resultar muy fácil o muy difícil para algunos, pero ante todo debes ser consciente que no te puedes quedar estancado en el ámbito de la mera imaginación por más creativa que sea, sino que ésta debe ir acompañada de los medios necesarios para alcanzar ese fin y que si no los posees en ese preciso momento, también debes empezar a imaginarlos.
Entonces imagina todo de la forma más positiva que puedas, más allá de cualquier obstáculo que se presente en el camino para alcanzar tus objetivos, ya que ésta será la manera en que lograrás ejercitar tu imaginación, tantas veces que muy pronto se convertirá en algo tan fácil y similar a respirar, pero en forma consciente.
Existen muchas corrientes de pensamiento que han estudiado la práctica de la visualización creativa, sin embargo todas coinciden en una sola cosa y ésta es que la mente es muy poderosa y por ende, puede imaginar desde el frio hasta el calor, la alegría y el dolor, la salud y la enfermedad en un instante o empezar de cero, cambiando todo el entorno que te rodea con un solo deseo que debe ser claro y continuo en el tiempo.
Porque para concluir, es imprescindible que vivamos lo más que podamos en el presente inmediato, en esa fracción de segundo que es el ahora, donde todo ocurre ya que el ayer, ya pasó y el mañana aún no llega, con lo cual el proceso de construcción mental es perenne aunque se renueva constantemente, para que esas ideas por más lejanas que parezcan logren materializarse en un corto espacio de tiempo, mediante una viva imaginación que fluye bajo tu propia dirección, debido a que nada es estático en el Universo, todo se renueva se transforma, como ley natural que constituye todo lo que hay.