Aunque el vino se saborea con los sentidos, hay también algo de místico en él que sólo se despierta una parte casi celestial en nosotros. Mientras se cata, hay que mantenernos atentos y prestar atención a las sensaciones que nos regalan las caricias de los taninos en boca.
Las tentaciones del vino inician con una mirada coqueta, primero de la botella y del nombre en su etiqueta, después en la copa Riedel, que por la pureza transparente de su cristal permite admirar su verdadero color, sin la intromisión de factores externos que alteren la percepción de las características del vino. Para ser más precisos, se puede poner la copa ligeramente inclinada sobre una superficie blanca que haga contraste con el ribete del vino. La intensidad del color nos da una idea de cómo será su cuerpo, por ejemplo, si es robusto, pero es el matriz es que nos habla de su evolución, que en el caso de un blanco joven será verdoso.
Después, el olfato hace su parte al descubrir el bouquet que desprende el vino al girar la copa con movimientos gentiles, dejando que se adhiera a sus finas paredes de cristal, como preámbulo a la capa sensual con la que se impregnarán nuestros labios.
Finalmente, al beberlo, los sentidos se alertan y se dejan seducir por los efectos adrenalínicos que recorren las venas. Al catar los tintos Vieux Télégraphe, se hace presente la calidad de su AOC Appellation d’origine Contrôlée, conocida en español como la Denominación de Origen Calificada. Con cada nota de su Domaine du Vieux Telegraphe, vienen a la memoria las características de sus uvas, exaltadas por su producción artesanal, su vendimiaje a mano y clasificación entre vides jóvenes y viejas para llevarse a tanques de roble para maceración y fermentación.
Cuando bebemos y admiramos este vino, en la mente revolotea un imaginario de los posibles sabores y sensaciones con los que se puede maridar. El olfato es abrazado con los aromas de las uvas Grenache, Mourvedre, Cinsault y Syrah, y en su versión de vino blanco que fuese conocido como VieuxMas de Papes, una fresca oleada proviene de la mezcla de uvas Clairette, Grenache Blanco, Roussanne y Bourboulenc, perfecta para ser un festín sensorial que regala una elegante frescura. Son vinos que maridan perfecto con todo tipo de platos de comida asiática, pescados como el atún, o pastas con hongos, tomates y berenjenas.
Domaine du Vieux Telegraphe no ha hecho más que cosechar éxitos. En 54 de sus 60.5 hectáreas, se cosechan uvas tintas, y otras 6.5 hectáreas son usadas para uvas de vino blanco. Las mejores partes de sus viñedos están en el sector La Crau, que posee un terroir de sedimentos rocosos, arcilla roja y arena, que además de ser ideal para el desarrollo óptimo de las uvas, crean una vista hermosa.
La pasión por el buen gusto y el amor por compartir sabores irrepetibles, han sido la motivación de Tanguy de Bodinat para colaborar con las grandes bodegas francesas Domaine du Vieux Télégraphe (Chateauneuf-du-Pape), Jean Michel Cazes Selection (Bordeaux) y Kobrand (Top importador USA). Estos vinos, cómplices de momentos irrepetibles, son traídos en exclusiva por Tanguy a través de Mexico Wine Consulting, quien se especializada en seducir con el manjar líquido de los dioses, con la exquisita variedad de vinos franceses que han cautivado a generaciones.
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