El vino provoca un revoloteo en el espíritu. En cada sorbo y en cada mirada, los vinos de Bodega Faustino nos impregnan del clima de la D.O.Ca Rioja donde se encuentran sus viñedos. Es largo el proceso de elaboración del vino, desde su cultivo, su vendimia y su recorrido hasta la transformación en una botella de vino.
Con una historia de 150 años de amor y tradición, los vinos de Faustino son producidos con una cuidada selección de uvas, tratadas con el conocimiento heredado de la tradición y con las nuevas técnicas de la modernidad. Sus vinos se encuentran entre los riojanos más selectos en 70 países del mundo, cuyo prestigio es representado por la etiqueta famosa con el retrato de un hombre de tipo flamenco, y que en el caso de su Faustino I Gran Reserva, su botella esmerilada está cubierta con una redecilla amarilla. Al estar elaborado con uva tempranillo, este riojano se marida fácilmente con platillos preparados con carne de cordero, carnes estofadas, asados y foie grass.
Faustino es una bodega entusiasta al elaborar sus vinos, y es uno de los más importantes productores de grandes reservas de la D.O.Ca Rioja, además de poseer un enorme viñedo con 650 hectáreas entre los municipios de Laguardia y Oyón, logrando casi 50.000 barricas de envejecimiento. La calidad de las uvas desarrolladas en los suelos secos con los que se produce Faustino V, llenan a este vino de un aroma intenso, complejo, cargado de notas de fruta madura, sensaciones dulces de especias, clavo, canela y notas de cedro. En cada sorbo se descubre el equilibrio de su acidez, de taninos redondos y elegantes, llenos de fruta madura, y que marida con carnes, hongos, pescados como bacalao, pastas y queso gruyere.
En cada botella de Faustino se descubre el sentimiento de pasión con el que fueron producidas, y después de servir el vino en la copa, se observan sus tonos brillantes característicos. Al tomar la copa y acercarla con delicadeza a la nariz, se descubren los matices hasta hace poco contenidos por el corcho, y mientras nos mojamos los labios con el líquido hipnótico, se va captando cada detalle, reviviendo recuerdos y forjando nuevos.