La multiculturalidad que existe en esta frontera se ha ido también enriqueciendo con la cultura de los afrodescendientes que se quedaron a radicar aquí, al frustrar sus intenciones de cruzar hacia Estados Unidos.
Tomada en un principio como una ciudad de paso para cruzar la frontera con Estados Unidos, las recientes políticas migratorias estadunidenses hicieron que este grupo migrante, mayormente de nacionalidad haitiana, se estableciera en Tijuana.
La mayoría de ellos se ha integrado al quehacer cotidiano de esta frontera y sólo un porcentaje menor ha decidido regresar a sus lugares de procedencia; incluso, ya se les observa caminar por estas calles con más familiaridad que en un principio.
«No hay que olvidar que ellos mismos se han concebido como migrantes económicos, un término con que se describen, no quieren que se les regale nada ni que se les trate como personas que quieren recibir comida», expuso la doctora Aracely Almaraz.
La investigadora del Departamento de Estudios Sociales de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), indicó que este grupo de haitianos se ha ganado su supervivencia aquí realizando las tareas que ellos saben.
En Tijuana ya se aprecian restaurantes de comida haitiana y a algunos de estos migrantes incorporados a sectores productivos como negocios de cocina, gasolineras, comercios y de otros servicios.
«Pueden enriquecer en mucho su integración a la ciudad, pues entre ellos hay profesionistas o con un nivel medio alto; algunos, además del francés y el creole, lenguas oficiales en Haití, hablan también inglés u otros idiomas», agregó.
Sus bailes, su música y la cultura haitiana en general pueden integrarse a la multiculturalidad conformada por otras visiones e idiosincrasia de quienes decidieron un día salir de otras tierras para sumarse al esfuerzo fronterizo.
Inclusive, varios de estos migrantes ya decidieron continuar sus estudios universitarios en Tijuana, una vez cumplimentados los requisitos migratorios que les permiten, al igual que a sus menores hijos, integrarse a la educación bajacaliforniana.
«Llegará el día en que esos niños tengan al español como su lengua», además, nacerán otros aquí que tendrán la nacionalidad mexicana y serán tijuanenses con todos sus derechos y sus obligaciones de ciudadanos bajacalifornianos.
El sector productivo, entre ellos el maquilador, también externó su intención de contratar a los integrantes del grupo migrante una vez que cumplan con los requisitos migratorios que son exigibles para que un extranjero trabaje en México.
«Aunque actualmente quienes logran empleos formales son pocos debido al proceso de regularización, las vacantes que el sector maquilador les ofrece no implica quitarle la oportunidad a otros grupos como los deportados o a los propios tijuanenses», anotó Almaraz.
Existe una gran demanda y oferta laboral y con ello se está reactivando la industria maquiladora, «la contratación podría ayudar a resolver las necesidades de la industria local, y aunque no va tan rápido, el proceso va avanzando», expuso.
La oferta laboral en Tijuana es amplia y en ella tienen cabida todos los buscadores de trabajo; los haitianos tienen familias que mantener y su decisión de permanecer en esta ciudad será una oportunidad de integración para las dos comunidades, consideró.