La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha intensificado los operativos de seguridad en el paso fronterizo San Ysidro-Tijuana, por donde pasan 50.000 automóviles diarios, para hacer más eficaz la lucha contra las organizaciones delictivas que operan en la frontera.
Si bien no se trata de una medida nueva, pues fue implementada por la administración anterior, la llegada de más recursos ha permitido llevar adelante con más frecuencia los operativos de inspección de vehículos antes de que crucen a México.
Aunque las inspecciones y, por ende, las filas de vehículos son una rutina en un paso fronterizo que es considerado el más transitado del mundo, ya han surgido quejas entre la comunidad.
Organizaciones comerciales han cuestionado la instalación de estos puestos de control, ya que, dicen, de cualquier manera, los vehículos serán sometidos a una inspección aleatoria unos cuantos metros adelante en la aduana mexicana.
Robert Hood, director activo de la garita de San Ysidro (California), responde que monitorean constantemente el tráfico para no provocar muchas demoras y además los retenes se instalan únicamente unas horas al día.
«Nuestro objetivo es ser lo más eficientes posible mientras hacemos estas inspecciones» en los vehículos que se dirigen hacia el sur, aseguró a Efe el funcionario de CBP, quien dijo entender que lo mejor para la economía de la región fronteriza es mantener un cruce ágil.
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«No estamos tratando de interrumpir el flujo de viajeros legítimos que entran y salen del país, pero sí tenemos una responsabilidad de hacer nuestro trabajo de seguridad nacional», agregó.
La frecuencia y duración de estos puntos instalados a unos metros de la aduana mexicana cambian cada día, pues la idea es que sean impredecibles.
La agencia federal confía en esta estrategia para combatir a los grupos delictivos transnacionales que envían armamento y dinero en efectivo hacia México y drogas hacia Estados Unidos.
En el pasado año fiscal los agentes decomisaron cerca de 1.300.000 dólares y cuatro armas de fuego que se dirigían de California hacia México.
En lo que va de este año fiscal se han incautado de casi 500.000 dólares en efectivo y un arma de fuego, según la información proporcionada por CBP.
Desde la implementación de esta medida en 2009, el año con mayor actividad ha sido 2013, cuando fueron interceptadas más de 7.600.000 dólares y 21 armas de fuego.
Hood resaltó que esta estrategia beneficia a ambos países, pues ataca directamente a las finanzas de grupos criminales.
Los operativos, que no solo son realizados en San Ysidro-Tijuana, sino a lo largo de toda la franja fronteriza, también ayudan a interceptar a prófugos que pretenden huir a México.
El caso más reciente se registró el pasado miércoles cuando oficiales que realizaban las inspecciones de vehículos que se dirigían hacia el sur detuvieron a un hombre de 48 años que tenía una orden de arresto en Oregón por robo y abuso sexual a un menor de edad, según informó la agencia federal.
«Los oficiales de CBP rutinariamente encuentran y detienen a fugitivos peligrosos que intentan salir de los Estados Unidos», indicó Pete Flores, director de operaciones terrestres de esa oficina en San Diego.
El director de garita Robert Hood responde que la intención es agregar otro filtro de defensa y asistir en el combate al crimen organizado.
Poco a poco quienes transitan a menudo por el paso entre San Diego y Tijuana empiezan a hacerse a la idea de que quizá serán sometidos a otra inspección antes de ingresar a México.
Laura Acosta cruza la frontera de tres a cuatro veces por semana hacia San Diego, ciudad a la que considera «una extensión de Tijuana» y donde realiza algunas compras o lleva a sus sobrinos a la escuela.
De unos meses a la fecha se ha percatado de los operativos.
«(Ahora) Me preguntan para entrar y me preguntan para regresarme, entonces es como mucha inquisición para poder hacer una tarea que antes era rutinaria», comentó la residente de Tijuana, quien recuerda haber hecho filas de hasta 60 minutos.
Aunque dijo comprender la labor de la agencia estadounidense, se lamentó de que una vez más «paguen justos por pecadores».