Hace unos días Intel pago 15,000 millones de dólares por una compañía de software israelí.

OK, eso no es novedad, lo que sí es novedad es la gran discusión nacional que esto ha generado.

La compra de la compañía generará entre 3 y 4 billones de dólares de impuestos al país.

Netanyahu, como buen populista quiere tomar el dinero y simplemente ingresarlo al erario  (ya es ganancia, en algunos países parte o todo este pago se desaparecería) pero en Israel esto no solo es suficiente sino controversial.

¿Por qué?

Porque la ciudadanía exige que este dinero se dedique exclusivamente a promover la educación de los jóvenes para que la siguiente generación de inventores no se desaparezca o se salga del país (hoy muchos para «hacerla» se van a Estados Unidos o Europa).

El punto es que se está levantando un movimiento nacional en ese país para exigir que estos fondos se usen para alimentar el «criadero» de inventores y entrepreneurs que garantice más ingresos por más innovación y más prosperidad para todos apoyando la base estructural de todo el sistema: la educación.

Y aquí entra en el tema México.

Educación eficiente, productiva, motivadora, de primer mundo y más allá educación que le permitió a ese país convertirse en una generación,  en una potencia innovadora, tecnológica y finalmente será económica,  gracias a la calidad de sus maestros, su sistema y claro sus alumnos.

De estos México tiene los alumnos entre los que no faltan muchos muy motivados y muchos más muy capaces.

Tiene los maestros entre los que sobran aviadores, que ni enseñan pero si cuestan y que están ahí para apoyar al partido turquesa, amarillo, moreno, tricolor y arco iris si es necesario pero no para educar y que con su presencia absorben presupuesto, eliminan recursos, bajan niveles, eliminan posibilidades.

Según datos de la OCDE México destinó en 2012,  5.2% del PIB a educación, sin embargo el 81% se fueron en pago de salarios de docentes y de la burocracia educativa.

Ayer se anunció con bombo y platillo una “Reforma Educativa” con la que se va a modificar, como si de un acto de magia se tratara, no solo los planes de estudio (que no han sido presentados), sino la forma en la que se enseña, (como si cambiar actitudes se pudiera hacer por decreto) y se proponen novedades como “aprender a aprender” que ya se mencionaba cuando se comenzó a trabajar bajo el modelo de competencias por ahí de finales del siglo pasado.

¿De dónde surge la idea de que en 60 años no se ha modificado el sistema educativo?

Enseñar inglés estaba planteado desde 2011, pero no se ha podido implementar precisamente por la falta de maestros que dominen el idioma.

¿Cómo transitar a esa educación eficiente productiva y motivadora que nos permita desarrollar tecnología, ciencia, patentes y avanzar en lo social, cultural y económico para convertirnos de verdad en una potencia mundial?

Si tiene alguna sugerencia, por favor no dude en dejarnos sus comentarios

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