Este 8 de marzo de 2017 podría haber sido un buen cumpleaños, feliz, para la 40ª edición del Día Internacional de los Derechos de la Mujer erigido por las Naciones Unidas. Pero en vez de celebrar nos sirve para recordar que las desigualdades de género, lejos de disminuir, empeoran aún más.
La puesta en escena de Donald Trump y su guiño al machismo en Estados Unidos nos ha dado un impulso positivo a los movimientos de mujeres en todo el mundo. Tras el éxito mundial de la marcha de mujeres, el 21 de enero de 2017, este 8 de marzo debería servir para poner fin de una vez a la desigualdad de genero y escuchar las voces de las mujeres que se están alzando en todo el mundo.
Nos repetimos a nosotros mismos: las mujeres trabajan, cada vez son más y se ocupan en todos los ámbitos. Sin embargo, no es seguro que el ascenso de las mujeres en el empleo vaya acompañado de los derechos correspondientes. Es aún más seguro que esta afirmación sea a la inversa. En una prueba de ello es la intervención de un eurodiputado polaco, que explica sin vergüenza por qué hay que pagar menos a las mujeres, “¡porque son menos inteligentes que los hombres!”
Este 8 de marzo se conmemorará a escala planetaria el Día Internacional de la Mujer a través de una gran variedad de iniciativas dirigidas a celebrar los logros, las oportunidades y el potencial de las mujeres. El tema que se ha elegido este año para la ocasión es “La mujer en el cambiante mundo del trabajo: Por un Planeta 50-50 en 2030”.
Los adelantos tecnológicos, la movilidad laboral, la economía verde y la globalización pueden ofrecer posibilidades sin precedentes para las mujeres, siempre que estas puedan acceder a una educación y una capacitación adecuadas. Por otro lado, un creciente número de mujeres están atrapadas en la economía informal, donde perciben bajos salarios y carecen de protección social. Asimismo, las mujeres y las niñas continúan soportando una enorme carga de trabajo de cuidados no remunerada y se enfrentan a otras barreras, como la desigualdad salarial o la falta de licencias de maternidad remuneradas y de flexibilidad en la organización del trabajo; todo ello afecta de manera muy importante su participación y contribución a la economía mundial.
Las estadísticas son abrumadoras: en la actualidad, tan sólo en torno a la mitad de las mujeres en edad de trabajar (frente al 76% de los hombres) están representadas entre la población activa, y asumen una carga de trabajo no remunerado 2,5 veces superior a la de los hombres. La brecha salarial de género a nivel mundial es del 23%.
“Queremos construir un mundo del trabajo diferente para las mujeres. Cuando crecen, las niñas deben poder escoger entre una amplia gama de carreras profesionales, y hay que animarlas a realizar elecciones que les permitan llegar más allá de las opciones tradicionales de servicio y cuidados, para ocuparse en la industria, el mundo del arte, la administración pública, la agricultura moderna y la ciencia”, señaló Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, en su mensaje para el Día Internacional de la Mujer. “En los roles en que las mujeres están hoy en día excesivamente representadas pero mal remuneradas, y con escasa o nula protección social, debemos hacer que esos sectores funcionen mejor para ellas. Por ejemplo, una economía del cuidado sólida y que responda a las necesidades de las mujeres, permitiéndoles desarrollar una actividad lucrativa en esta esfera; la igualdad de condiciones para el trabajo que realizan las mujeres, tanto remunerado como no remunerado; y el apoyo a las mujeres emprendedoras, incluido el acceso al financiamiento y a los mercados”, reiteró.
Cada vez que se acerca el 8 de marzo las mujeres entramos en una disyuntiva enorme entre unirnos a la celebración que nos rodea y que nos debería parecer propia por ser mujer y un sentimiento de indignación por el hecho de tener un día. ¿Quién tiene un día? Los grupos sociales minoritarios o discriminados, las enfermedades y las celebraciones políticas. En el pasado se estableció el hombre como ser “superior” y así empezó la lucha.
Visto desde el mejor ángulo, el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, en recuerdo de las protestas obreras por la precariedad de las condiciones laborales de fines de siglo XX en América del Norte y Europa. Con estas manifestaciones, comenzaba un movimiento social en defensa de los derechos de la mujer con un desenlace trágico en una fábrica textil de Estados Unidos, donde murieron quemadas por un incendio más de un centenar de obreras. El Día Internacional de la Mujer es una buena ocasión para reflexionar sobre lo construido y aquello aún pendiente en materia de derechos e igualdad de género.
Se ha recorrido un largo camino desde los movimientos sociales del siglo XX pero aún es insuficiente. Las mujeres representan el 60% de los más pobres a nivel mundial, las dos terceras partes de los analfabetos, y son objeto de violencia de manera sistemática.
Cada uno de nosotros puede y debe ayudar para que un día celebremos que las mujeres ya no necesitan un 8 de marzo.