El superdólar cambió la historia. Ahora los estadounidenses vienen de compras a ciudades de la frontera norte de México. Algunos llegan a adquirir fármacos, latas de chiles, atunes y salsas, a comer en los restaurantes y festejar sus días patrios como el Memorial Day y la independencia de Estados Unidos.
Por otro lado, la depreciación también provocó que se redujera el flujo de mexicanos que acudían de compras a Estados Unidos.
Con una depreciación del peso de 44%, el superdólar ha ocasionado que el número de cruces en la frontera se incremente en 400,000, al pasar de 2.1 a 2.5 millones en el primer trimestre del año.
“Conforme se da la depreciación del peso (frente al dólar) vemos que aumenta el número de visitantes estadounidenses a ciudades de la frontera norte de México”, revela Eliseo Díaz González, investigador del Departamento de Estudios Económicos del Colegio de la Frontera Norte (Colef) campus Tijuana.
El regreso de los automovilistas a California por los cruces de Tijuana los domingos en la tarde-noche y los lunes en la mañana lucen saturados, especialmente en los días festivos de Estados Unidos como el Memorial Day, el 4 de junio y el día de la independencia de Estados Unidos, así como en los puentes vacacionales (Día de las Madres), explica a Forbes México.
“Hay un repunte en la demanda de restaurantes (en ciudades como Tijuana, Ensenada y Rosarito); muchos de los que comen ahí son mexicanos que viven en California y otros son turistas estadounidenses”, señala el hombre que hace investigación sobre relaciones comerciales y de inversión extranjera directa entre México y Estados Unidos.
Los estadounidenses muchas veces vienen a tiendas como Costco. “Muchos de ellos compran ahí productos de muy alta calidad, porque esas tiendas tardan en ajustar sus precios ante las oscilaciones del tipo de cambio”, cuenta Díaz González.
“La depreciación del peso frente al dólar ha provocado que más estadounidenses crucen a comprar a los comercios mexicanos de la frontera norte dejando así parte de sus dólares”, asegura Alejandro Díaz-Bautista, investigador del Colef campus Tijuana.
De esta manera se favorece a algunas de las ciudades del norte de México con un dólar fuerte frente al peso, recuerda Díaz-Bautista.
El 2 de enero de 2014, el tipo de cambio interbancario 48 horas valía 13.15 pesos por dólar, cuando el 28 de junio de 2016 la divisa estadounidense se cotizaba en 18.96 pesos, según Banco de México (Banxico).
Casi en un año y medio la depreciación de la moneda mexicana ha sido de 44% frente al dólar, exponen las estadísticas cambiarias de Banxico.
“Con un dólar tan alto y un peso tan bajo debe ser un momento de bonanza para algunas ciudades de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas”, afirma por su parte Enrique Solana Sentíes, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicio y Turismo (Concanaco-Servytur).
Mucha gente cruza la frontera para realizarse tratamientos médicos y dentales, porque los precios en México son mucho más competitivos que en Estados Unidos, cuenta el empresario.
Casi todos los números de comercio de las metrópolis de la frontera con Estados Unidos son muy positivos, a excepción de las ciudades de Tamaulipas, que viven inestabilidad económica derivada del narcotráfico, advierte el representante de los pequeños comerciantes en México.
“Hemos tenido un deslizamiento de 20% del peso frente al dólar en los últimos días en ciudades como Tijuana, Mexicali, San Luis Río Colorado, Ciudad Juárez, Piedras Negras, Matamoros, Reynosa y otras”, expresa Jorge Cervantes Arenas, presidente de la Comisión de Asuntos Fronterizos de la Concanaco-Servytur.
Hay mucha afluencia de personas estadounidenses o de ascendencia mexicana que viven a lo largo de nuestro país, a pesar de la caída del tipo de cambio, dice el empresario mexicano
“Estas personas cruzan a nuestro país para adquirir diferentes productos como medicamentos y enlatados o envasados como atunes, salsas o chiles para trasladarlos a Estados Unidos”, menciona.
En Baja California se registra afluencia de turismo médico; incluso, los acompañantes de los pacientes pasan por el salón de belleza, spa y a veces por la cirugía plástica, expresa Cervantes Arenas.
La recesión de Estados Unidos de 2008, provocada por la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers, y la emisión de alertas rojas por el clima de inseguridad generado por el crimen organizado provocaron la mayor caída de turistas fronterizos en ciudades como Tijuana, Juárez, Reynosa, Matamoros, entre otras.
Todo sugiere que en las fronteras se había desplomado la actividad económica por efecto de la recesión en Estados Unidos y por los problemas del impago inmobiliario, expresa Eliseo Díaz González
El comportamiento de los viajes de estadounidenses a ciudades fronterizas de México es positivo y todos los días crece, agrega el doctor en economía.
En 2015, el número de cruces en la frontera entre México y Estados Unidos aumentó 8% respecto a 2014, detalla un análisis elaborado por Eliseo Díaz González. En 2014, el número de cruces se incrementaron 6%, comparado con 2013.
“Son cruces de personas en diferentes medios de transportes que van hacia al norte y regresan hacia el sur”, describe el economista esa fotografía de todos los días.
La imagen única se dio en 2015, cuando más de 100 millones de californianos, mexicano-estadounidenses, cruzaron por los pasos internacionales de Baja California. En 2011 hubo 80 millones de cruces a través de las garitas de California.
“La buena época de afluencia de visitantes se dio en 2000 y 2001, ya que en esos años se registraron más de 120 millones de cruces en la frontera de California”, recuerda Díaz González.
Al primer trimestre de 2016 se dieron 25.5 millones de cruces en la frontera de California, cuando en el mismo periodo del año pasado fueron 25.1 millones, detalla un análisis del Colef.
“Son cerca de 400,000 cruces adicionales que aumentaron en el primer trimestre de este año”, agrega Eliseo Díaz González.
“Si analizamos el alza en el número de visitantes en la frontera sur con Estados Unidos, la única explicación que vemos es la depreciación del peso.”
En 2015 se realizaron más de 250 millones de cruces desde California hasta Texas, cuando veníamos de un nivel muy bajo de 210 millones de cruces en 2011.
La única explicación que vemos del incremento de los turistas estadounidenses que cruzan la frontera es la depreciación del peso frente al dólar, reconoce el investigador del Colef.
“Mucha gente piensa que por la depreciación del tipo de cambio, los mexicanos continúan comprando en Estados Unidos, porque pareciera que hay mayor flujo en el cruce de automóviles”, menciona.
Los indicios sugieren que se ha frenado el número de mexicanos que cruzan la frontera para adquirir bienes e insumos a Estados Unidos. “En 2010 cruzaron por vía aérea 13 millones de personas de México a Estados Unidos, pero en 2015 bajó a 8 millones de mexicanos”, describe Eliseo.
“Los cruces aéreos de mexicanos a territorio americano se desplomaron aproximadamente 37%, lo cual significa que por vía terrestre también sucedió eso”, apunta el economista del Colef.
Los mexicanos destinan 1.23% de su gasto para realizar compras de bienes y servicios en el extranjero. “En Baja California, la población destina 14% del gasto monetario a sus adquisiciones de bienes y servicios en el extranjero, especialmente en Estados Unidos”, aclara Eliseo Díaz González.
Añade que en Tamaulipas los ciudadanos apartan 6% de su gasto para ir de compras a Estados Unidos, y en Sonora la población destina 4% de su gasto para las compras en el exterior.
“El condado de San Diego es una de las principales zonas metropolitanas en Estados Unidos; es ahí donde anualmente los bajacalifornianos gastan más de 10,400 millones de pesos”, reconoce. Y acepta: “Sí se cayó el consumo de mexicanos en hasta 40% en ciudades como San Diego.”
“Podemos decir que el que suba el dólar sí afecta a los mexicanos, en especial a los de las clases pobres y media a lo largo de la frontera de México con Estados Unidos”, afirma Alejandro Díaz Bautista, economista, catedrático y profesor investigador del Colef
El encarecimiento del dólar ha provocado una pérdida del poder adquisitivo que ha impactado más a residentes fronterizos, porque viven en una economía dolarizada, expone Díaz Bautista.
Alejandro Díaz agrega que el encarecimiento del dólar está modificando el patrón de consumo de los ciudadanos fronterizos del lado mexicano, que al ver reducido su poder adquisitivo se ven en la necesidad de recortar gastos en salud y diversión.