A cuatro horas del puerto de Ensenada, y a su vez a seis horas de la frontera Tijuana-San Diego, se encuentra el Observatorio Nacional de San Pedro Mártir, uno de los sitios naturales de excelencia para observación astronómica en el mundo, mismo que ahora tiene en desarrollo un telescopio de 6.5 metros de diámetro.
De ese importante proyecto, y la relevancia que tiene el lugar para la ciencia mexicana, se refirió Jesús Gónzalez, director del Instituto de Astrononmía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien sustentó la Conferencia “El desarrollo de los grandes observatorios y San Pedro Mártir”, en el marco de Tijuana Innovadora 2016 Creativa.
“Es una responsabilidad de nosotros desarrollar este sitio de excelencia y llevar la infraestructura de telescopios e instrumentos del Siglo XXI, porque los proyectos astronómicos son grandes inversiones que no puede realizar una sola entidad, sino que es un conjunto de instituciones y un conjunto de países quienes las realizan”, explicó González.
En ese tenor actualmente el Observatorio de San Pedro Mártir lleva a cabo el proyecto de un telescopio de 6.5 metros de diámetro, en colaboración con la Universidad de Arizona y el Obervatorio Nacional de Kitt Peak: “La idea es tener un laboratio binacional con dos telescopios de ese tamaño, ya existe uno en Arizona y con éste ambos harían estudios complementarios”.
Recordó el director de Astronomía de la UNAM que el gran último gran telescopio que se instaló en San Pedro Mártir fue en 1979, era uno de dos metros de diámetro y que en su momento era uno de los doce más grandes del mundo, hoy está en el lugar 90, por lo que ahora el mayor proyecto es tener ese telescopio de 6.5. metros.
“Hay que llevar esa tecnología e infraestructura a la astronomía mexicana moderna, y demostrar con ejemplos claros que en San Pedro Mártir se pueden establecer proyectos internacionales de gran envergadura e impulsar los cuadros ingenieriles y tecnológicos que lleven este desarrollo a México”.
Explicó el científico que los observatorios modernos de otros países tienen una infraesructura diez veces más grande que la de San Pedro Mártir, por lo que su potencial se puede multiplicar al concretar y formalizar este tipo de colaboraciones. Mientras esos observatorios operan con una inversión de 20 millones de dólares al año, el nuestro lo hace con 2 millones de dólares.
Por lo pronto se acaba de terminar la fase preliminar de este telescopio de 6.5 metros de diámetro, y el plan es iniciar su construcción a mediados de 2017, para lo cual se necesitan invertir 70 millones de dólares en un lapso de 5 años. De entrada se necesitan 200 millones de pesos para el para el arranque en el primer año.
“Ahorita la incertidumbre económica del país no garantiza que tengamos esa cantidad inicial, si no tenemos la inversión necesaria entonces tendremos que aplazarlo y esperar recuperar ese presupuesto durante el primer año del próximo sexenio. Nuestro objetivo es comenzar trabajos precisamente durante el segundo semestre del próximo año y no retrasar esto”, concluyó.