Simpatizantes del aspirante presidencial republicano, Donald Trump, han sonado la alarma sobre el presunto peligro de una “invasión” de inmigrantes “indeseables”, pero datos oficiales indican que, durante décadas, los inmigrantes latinos han protagonizado el renacimiento de pueblos y ciudades enteras, según expertos.
El jueves pasado, el mexicano Marco Gutiérrez, padre de seis hijos, advirtió en un programa de MSNBC que era urgente poner freno a la migración de latinos porque, de lo contrario, habría una invasión de “camiones de taco en cada esquina”.
Sus declaraciones durante el programa, y en un video colgado en YouTube –en el que arremetió también contra “paleteros en la Casa Blanca”- se volvieron viral en las redes sociales, pero Gutiérrez generó, más que todo, burlas y rechazo generalizado.
La “Gran Recesión” de 2007 puso en peligro la supervivencia de pequeños poblados, pero éstos paulatinamente registraron un crecimiento de la población latina, tanto legal como indocumentada, y de su economía.
Varios medios de prensa recientemente han puesto los reflectores sobre el impacto de la inmigración latina en pueblos y ciudades a raíz de la retórica incenciaria de Trump, que encuentra eco en un reducido número de seguidores latinos, como Gutiérrez.
Expertos consultados hoy por este diario indicaron que los datos del Censo y las estadísticas demuestran cómo los inmigrantes han rescatado del abismo a ciudades como Hazleton (Pensilvania), Greenport (Nueva York), o Dayton (Ohio).
El investigador David Kallick, del Instituto de Política Fiscal, ha documentado extensamente lasaportaciones de los inmigrantes al desarrollo económico durante décadas, especialmente en comunidades donde hubo un gran descenso en la población.
Según su estudio de 2015, los latinos son el 16% de la fuerza laboral pero conforman además el 28% del empresariado en “Main Street”, las zonas comerciales en vecindarios en todo el país.Datos de 2013 destacan, por ejemplo, que los inmigrantes, en general, son el 61% de los dueños de gasolineras, el 58% de dueños de tintorerías, el 45% de los salones de manicura, y el 38% de los restaurantes.
“Abundan los estudios sobre el impacto de la inmigración latina en todo EEUU. En lugares como Hazleton hemos visto un renacimiento de las zonas céntricas y comerciales gracias a los inmigrantes”, explicó Tom Jawetz, analista de asuntos de inmigración del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP, por su sigla en inglés).
“Hay muchas personas que no tienen experiencia personal con el valor que contribuyen los inmigrantes en las comunidades… los inmigrantes utilizan servicios públicos pero también contribuyen enormemente “ a las economías locales, agregó Jawetz.
Por su parte, Diana Gordon, autora de “Village of Immigrants”, explicó que Greenport era un pueblo prácticamente muerto, con una población en declive durante décadas pero ahora, gracias a los inmigrantes, se ha revitalizado con numerosas atracciones turísticas, restaurantes y tiendas que sirven de imán de residentes de Nueva York y la zona occidental de Long Island.
“Los inmigrantes hispanos han tenido un enorme impacto en la economía, como trabajadores de sitios que atraen a los turistas y realizan una dura labor, en construcción, jardinería, y limpieza, para mantenerlos”, señaló Gordon.
Muy pronto, los hijos de los inmigrantes “serán trabajadores, consumidores y contribuyentes, contribuyendo al sustento de los jubilados y evitando el descenso poblacional que está ocurriendo en buena parte de Europa”, observó Gordon.
A su juicio, el sentimiendo anti-inmigrante en algunos sectores forma parte del patrón en la historia de EEUU de “culpar a otros”, “especialmente cuando la situación es difícil”.
En el caso de Hazleton, la ciudad aprobó en 2006 una ordenanza que, para estrechar el cerco a los indocumentados, prohibió que se les pudiera alquilar vivienda. Los caseros afrontaban multas de hasta $100,000 por cada inquilino indocumentado, pero un tribunal federal anuló la ordenanza en 2010.
En 2000, los latinos conformaron el 4,9% de la población en Hazleton, y el año pasado el porcentaje se situó en cerca del 40%.
Ahora, los numerosos negocios y letreros en inglés y español en Hazleton sirven de testimonio al crecimiento no solo de la comunidad hispana sino también del desarrollo económico en la zona.
El crecimiento latino en Hazleton y otras ciudades de Pensilvania ha sido tal que, en agosto de 2015, el gobernador Tom Wolf estableció una Comisión para Asuntos Latinos, cuya tarea es asesorarlo sobre los asuntos más apremiantes de la comunidad latina y cómo promover su avance social y económico.
Francisco Torres Aranda, hijo de padre mexicano y madre irlandesa, fue designado a la comisión y ahora sirve de “puente” entre los latinos y el resto de la comunidad.
“La retórica (anti-inmigrante) tiende a ocultar el beneficio de los inmigrantes a este país. En Hazleton, los empresarios mexicanos, latinos crean empleos para todos y han sido sangre nueva a la región, han aportado un gran crecimiento económico”, explicó.
Torres Aranda, ingeniero y dueño de la empresa Advance Tech, quiere que los estadounidenses entiendan que hay criminalidad en todos los grupos demográficos pero que los latinos tienen un poder adquisitivo de $1,5 billones y la mayoría ha llegado al área para superarse y contribuir a la sociedad.
“La gente que cree o propaga la retórica anti-inmigrante tiene que darse cuenta de que pueden perjudicar esa generación de ingresos en EEUU”, dijo Torres Aranda en entrevista telefónica.