Nadie duda que hay contaminación ambiental a consecuencia de la enorme cantidad de automóviles que diario transitan por la Garita de San Ysidro. Es un grave problema que autoridades, la sociedad y científicos han aceptado que existe (hasta la NASA lo ha advertido), incluso diseñando la remodelación del cruce fronterizo para tratar de disminuir los efectos negativos de tanto tráfico.

Sin embargo, realmente nunca se ha hecho un estudio integral sobre su magnitud, dónde y cómo precisamente afecta a las comunidades en la frontera. Hasta ahora.

La organización Casa Familiar de San Diego, dedicada a servicios públicos y programas de desarrollo comunitario para los residentes del sur del condado, aprovechará fondos recién otorgados por la Oficina de Evaluación de Daños a la Salud Ambiental de California para, precisamente, evaluar los efectos de la contaminación que provocan miles de vehículos cruzando la frontera. Asimismo, examinarán si les afecta también la contaminación en el aire de Tijuana.

También participan en el proyecto algunos científicos de la Universidad Estatal de San Diego (SDSU, en inglés) y la Universidad de Washington (UW, en inglés), quienes ayudarán en el análisis del resultado. Penelope Quintana, una profesora de la Escuela de Posgrado de Salud Pública de la SDSU, comentó a Tatiana Sanchez del San Diego Union-Tribune que ellos «sienten que el estar en la frontera resulta en que la comunidad esté expuesta a concentraciones de partículas contaminantes a las que no se enfrentarían comunidades lejos de la frontera».

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