Alonso es el jefe de una firma importante donde trabajan más de 20 personas. Recientemente, Alonso ha tenido cambios en el trabajo, se siente tenso, malhumorado y cuestiones sin importancia ahora han pasado a un primer plano. Su actitud ha convertido el ambiente del trabajo en un campo de batalla competitivo, agresivo y desagradable. Nadie puede con él ya que toma una actitud defensiva utilizando el sarcasmo y también su poder de jefe.
Sofía y Eduardo trabajan para esta compañía bajo su supervisión. Son bastante competentes y llevan un largo tiempo trabajando allí. Pero últimamente, han comenzado a perder la confianza en ellos mismos debido a las repetidas críticas de Alonso. Cada vez que se siente molesto, hace un comentario desagradable y burlón que lleva a que Sofía y Eduardo sientan que no están haciendo las cosas bien. Recientemente Sofía ha dejado de ser la empleada espontánea y alegre que era antes y ahora mide cada una de sus palabras por miedo a la reacción de su jefe. Ha llegado incluso a cuestionarse si esta profesión es para ella. Eduardo por su parte, si bien sabe que es un buen trabajador, ha comenzado a perder mucho tiempo revisando una y otra vez su trabajo por miedo a estar cometiendo errores y ya no disfruta del trabajo tanto como antes.
Lo que sucede es que Sofía y Eduardo se han tomado los problemas de Alonso como si fuera una cuestión personal. Alonso tiene mal genio y poca paciencia para lidiar con su gente. Sin embargo, Sofía y Eduardo tienen que estar conscientes que a pesar de ser el jefe, Alonso tiene sus propios conflictos y ellos no tienen que hacerse cargo de problemas que no les corresponde. Si Alonso grita porque esta de malhumor, Sofía y Eduardo no deben dejar que esto les afecte y les disminuya la confianza en lo que hacen. Por más difícil que sea no comerse los problemas ajenos, es importante aprender a separar y a no revolver lo que es del trabajo y lo que son cuestiones personales. En vez de sentirse tensos e inseguros, Sofía y Eduardo deben recordar que el trabajo es importante para ellos y por lo tanto tienen que aprender a mirar las cosas en perspectiva y tomar una distancia saludable.
LA RECETA
Ya está, éste no es tu problema
INGREDIENTES
- 1 taza de Confianza en uno mismo
- 1 cucharada de Distancia saludable
- 1 manojo de Ojo noble
- 2 racimos de Serenidad
- 1 lata de Integridad
- 3 gotas de Compasión
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
Es recomendable tener perspectiva y siempre recordar lo verdaderamente importante
MODO DE PREPARACIÓN
Es imposible tener una cocina sin problemas ya que por más desagradables e incómodos que estos sean, también sazonan y condimentan la cocina. Hay problemas propios y hay problemas ajenos. El cocinero es el que tiene que aprender a distinguir la diferencia y no cocinar los problemas de los otros. Un buen cocinero sólo se come sus propios problemas. En la cocina de la vida existen muchas sopas, no quiere decir que tenemos que probar de todas.
Se recomienda aprender a mantener la perspectiva cuando se cocina y no perder el sabor propio. Si el cocinero nota que el fuego está muy alto, el caldo está ebullendo, los condimentos están muy concentrados y la sopa no es de él, es mejor que utilice la serenidad y no aumente la crisis en la cocina. Para ello deberá utilizar el ojo noble, la compasión, la integridad y sobre todo la confianza en si mismo. También ayuda que mantenga una distancia saludable. A pesar de que el cocinero pueda sentir la tentación de involucrarse, se sentirá aún mejor cuando supere este sentimiento y se mantenga alejado del problema que no le corresponde; obteniendo así una mayor dignidad y respeto. Su recompensa será que pueda ayudar a mejorar el clima de su cocina evitando que se contamine fácilmente y su autoestima se fortalezca.