Del ojo del cuervo al ojo del buen cubero.

Por fin Octavio acaba de llegar al país donde soñó toda su vida que podía encontrar todo aquello que andaba buscando. Luego de presentar sus papeles pregunta con mucha emoción al oficial de migración: «Disculpe oficial, me han dicho que en este país la vida es muy buena, la gente es trabajadora y amable. También tengo entendido que hay oportunidades para hacer una buena fortuna, ¿es así? »

«Así es», le contesta el oficial, y le desea la mejor de las suertes.

Detrás de Octavio se encuentra parado Raúl, un joven villano. También presenta sus papeles al mismo oficial de migración y le pregunta «¿Realmente he llegado al país de los rateros y criminales más famosos del mundo? ¿Es verdad que aquí la policía tiene mano blanda y que las cárceles son lugares donde se entra por una puerta y se sale por la otra?»

«Así es, así que tenga mucho cuidado. Las calles funcionan con la ley del más fuerte.»

Lo cierto es que este país no es ni tan maravilloso como lo cree Octavio ni tan corrupto como lo pretende Raúl.

Lo que estos dos hombres no saben es que uno tiende a encontrar lo que esta buscando. Estos hombres tienen dos disposiciones diferentes y dos percepciones totalmente distintas de la vida y es así como les va a ir: uno encontrará paz, armonía y posiblemente sea muy feliz, mientras el otro encontrará maldad, agresión, y mucha carroña en su vida.

Cuando queremos que nuestra vida cambie debemos aprender a ver las cosas con una actitud positiva, usar el ojo de buen cubero. Esto implica tratar de ver el lado positivo en todo lo que nos rodea en vez de apresurarse a juzgar. No se trata de ser ingenuos sino de otorgar el beneficio de la duda. Si nos enfocamos a encontrar las cualidades en lugar de los defectos, si tratamos de comprender en lugar de criticar, probablemente más rápido de lo que creemos, nuestra percepción del mundo va a cambiar y la relación con la gente va a mejorar. Es como que estuviéramos usando una poción mágica que nos puede transformar de un minuto a otro las relaciones con los otros y con nosotros mismos.

Adquirir el ojo del buen cubero implica vivir con un entrenamiento diario. Esto no es algo que sucede automáticamente. Hay que estar dispuestos a no juzgar a la gente, tener una actitud positiva, y un buen sentido del humor. Tomando en cuenta que vivimos en un mundo lleno de tensiones y agresiones lo que nos hace estar siempre a la defensiva, continuamente criticamos y culpamos a otros por cosas que nos suceden. ¿Como salir de esta trampa tan peligrosa?

  1. El ojo del buen cubero es un platillo necesario y sirve de acompañamiento en todas nuestras recetas.
  2. Su preparación implica mucha práctica para lograr una consistencia adecuada.
  3. Es importante no juzgar, recordar que si no tomamos las cosas en forma personal nos lastimamos menos.
  4. Para cocinar el ojo del buen cubero, se requiere: tener siempre una actitud positiva frente a la vida, mezclarla con la consideración hacia el otro, encontrar siempre las cualidades en las personas y tener siempre una buena disposición. Esto se sazona con bastante amabilidad, sencillez, e inocencia.
  5. Al desarrollar el ojo del buen cubero, encontramos que hay muchas cosas buenas alrededor y se vive más tranquilo.

LA RECETArecetas-titulo1

El buen ojo

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INGREDIENTES

  • 1 kg. De Mente Abierta
  • 1 caja de Punto de Vista Positivo
  • 2 barritas para encontrar Cualidades
  • Consideración al gusto
  • Espolvorear con buena Disposición
  • 1 taza de Consideración

RECOMENDACIÓN DEL CHEF

MODO DE PREPARACIÓN

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