Este jueves 13 de agosto se cumplirán 499 años de la caída de México-Tenochtitlan, la ciudad fundada sobre islotes en las ciénegas del costado occidental del Lago de Texcoco que con el tiempo llegó a convertirse en la poderosa capital azteca y centro del orbe mesoamericano, y en ese marco el Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, exhibe una pieza escultórica que entre sus inscripciones tiene labrado el mito fundacional de la ciudad: la conocida leyenda del águila que devora una serpiente parada en un nopal.

Se trata de la réplica de tamaño natural de una pieza de gran importancia arqueológica: el Teocalli de la Guerra Sagrada, una de las representaciones más antiguas del mito que da identidad al pueblo mexica y parte central del escudo nacional.

El Teocalli de la Guerra Sagrada forma parte de la colección de arte escultórico mesoamericano alojada en el Jardín Botánico del Cecut, localizado en el costado posterior del edificio central, en el ala norte del recinto.

Si bien en estos momentos no es posible acudir al Cecut, a causa de la contingencia sanitaria que vive el país, esta pieza y el resto de la colección de esculturas mesoamericanas se encuentran en espera de visitantes que podrán apreciarla cuando se reabra el recinto cultural.

“La iconografía del Teocalli celebra el triunfo del Sol en el universo y justifica el poder de los mexicas, tras la fundación de su ciudad en el año 2-Casa (1325), fecha inscrita en la parte superior de la cara principal del monolito”, informa el Museo Nacional de Antropología.
Y precisa: “La pieza original fue esculpida en 1507, en piedra volcánica, de 1.23 metros de alto por 92 centímetros de ancho y un metro de espesor. En su cara posterior está grabado el símbolo de la fundación de México-Tenochtitlan: el águila parada en el nopal y de cuyo pico sale el símbolo de la guerra: el atl-tlachinolli en lengua náhuatl, o corriente doble, de agua y fuego, cuya imagen se puede confundir con dos serpientes entrelazadas”.

La pieza contiene, entre otros elementos, la representación del mito del águila y el nopal. Según la mitología mexica, Huitzilopochtli, su dios tutelar, ordenó a su pueblo que fundara su reino donde estuviera “un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente”, hecho que diversas fuentes sitúan el 13 de marzo de 1325 y que se considera como la fecha de fundación de la antigua capital azteca.

El Teocalli de la Guerra Sagrada es un cuerpo piramidal esculpido directamente en la piedra y fue labrado en 1507 para la ceremonia del Fuego Nuevo, que marcaba cada uno de los periodos de 52 años del calendario azteca con una nueva amenaza de fin del mundo y la oportunidad de su renacimiento. Los mexicas celebraban la ceremonia cuando coincidían los calendarios solar y lunar, lo que sucede una vez cada 52 años.

Vista de frente, el Teocalli de la Guerra Sagrada muestra las imágenes de Moctezuma II (a la derecha) y de Huitzilopochtli (a la izquierda), flanqueando un gran disco solar, conocido popularmente como calendario azteca, en lo alto del cuerpo piramidal.

En la cara posterior de la pieza figura una de las representaciones más antiguas del escudo nacional, en la que los artistas mexicas esculpieron hace más de 500 años el símbolo del origen de Tenochtitlan: el águila parada sobre un nopal devorando una serpiente.

Esta figura del águila sobre el nopal procede de la leyenda fundacional de Tenochtitlan, cuya etimología también la refleja, ya que procede del nahuatl te-tl, piedra; nochtli, tuna o nopal; ti, partícula eufónica; y tlan sufijo abundancial, lo que da como significado “tunal entre pedregales”, según documenta la Enciclopedia de México (México, 1987).

La misma fuente señala que “para los antiguos mexicanos, el águila, considerada la más majestuosa de las aves, era el disfraz o el atavío zoomorfo del sol, dios dispensador de la luz y dador de la vida; y la tuna, el corazón del hombre, de cuyo líquido precioso, la sangre, se alimentaba el astro rey para emprender a diario su vuelo de oriente a poniente, combatir a la noche y resurgir victorioso”.

El Teocalli de la Guerra Sagrada forma parte de la colección de arte escultórico mesoamericano, que en conjunto reúne una treintena de piezas, distribuidas en cinco secciones que comprenden las regiones y culturas más importantes del mundo prehispánico: de las civilizaciones del litoral del Golfo a las que florecieron en Occidente; del mundo maya en el sureste a la grandeza de la región mixteca en Oaxaca y al poderío mexica en el altiplano central.

El Teocalli de la Guerra Sagrada se encuentra en la sección del altiplano central que es la más numerosa de este jardín arqueológico del México antiguo y comprende piezas de los estados de Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Estado de México y la Ciudad de México, cuya fundación rememora en su iconografía.

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