Los mariachis callaron…ahora hasta el aire se ha diferido como vida y vehículo de la música tradicional mexicana. El mariachi moderno, dotado de una capacidad extraordinaria para emocionar, enfrenta también el mayor reto desde su conformación: la pérdida de su mercado laboral debido a la pandemia por SARS-CoV-2.

Sus integrantes se crecen ante el público y el ajetreo, trabajan con los resoplidos, pulmones potentes, vientos de bronce, cuerdas frotadas y voces unísonas. Nada de ello puede ejecutarse con cubrebocas.

Según las cifras más recientes proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, alrededor de 800 personas se dedican a esta actividad en Ciudad de México.

Hoy están pasando por una situación crítica, porque no sólo se han suspendido las actividades festivas, encuentros, sino igualmente las reuniones donde el mariachi nunca falta; es un momento muy difícil, se tiene que cantar sin cubrebocas, y eso pone en mayor riesgo a los ejecutantes, dijo Camilo Camacho Jurado, etnomusicólogo y docente de la Facultad de Música (FaM), a propósito de la conmemoración del Día Internacional del Mariachi (21 de enero).

Camilo es también violinista y fue parte de una agrupación de mariachi que llevó hace algunos años la música mexicana hasta Taiwán, pero ahora la situación es compleja. “En estos momentos en Ciudad de México no es tanto que se haya disminuido el cobro, porque se intenta recaudar lo mismo, pero no hay trabajo, se ha disminuido en más de 50 por ciento, los compañeros están tocando al 25-30 por ciento”, destacó.

Algunos que yo conozco envían mensajes por redes sociales: “deséenme, suerte, me voy a trabajar, me salió una tocada”, porque son conscientes de que de una u otra manera arriesgan la vida, pero tienen que llevar algo a sus familias y no hay de otra más que atreverse.

“Es cierto, aun con semáforo rojo hay oportunidades de que sean contratados, en reuniones con menor cantidad de gente, pero obviamente sigue siendo un riesgo”, mencionó Camacho Jurado.

Debemos decir también, añadió el académico de la FaM, que una buena cantidad de los mariachis actuales en México, desde violinistas hasta trompetistas, son músicos profesionales que tienen título, que han tocado en orquestas, pero que en su momento optaron por integrarse a un mariachi para obtener mayores recursos.

Asimismo, abundó, se encuentran con un futuro ambiguo ante recortes presupuestales, como la Escuela de Mariachi Ollin Yoliztli en Garibaldi, la primera institución educativa en su tipo, creada en 2012 y que tiene como objetivo la formación en esta especialidad.

Otro de los retos, quizá inmaterial, pero que impacta, es el prejuicio en el ámbito musical sobre el mariachi. “De entrada debemos aceptarlo, lo hay, y es muy grande aun en el ambiente académico. Para regañar a veces a los alumnos hacen referencia a una presunta comparación, y les dicen ‘¡pareces mariachi!’”

Fenómeno mundial

En la actualidad estas agrupaciones se encuentran desde Japón hasta Chile, incluyendo Estados Unidos y Europa. En África aún no se tiene certeza, estimó Camacho Jurado, “no dudo que haya también, pero es importante señalarlo: el mariachi se volvió un fenómeno mundial”.

Desde Estados Unidos, Alejandra Vega-Rivera, titular del Departamento de Comunicación de la Sede UNAM-Los Ángeles (Centro de Estudios Mexicanos), dejó en claro que en ese país el mariachi goza de mucho prestigio.

“Yo soy originaria de Guadalajara, allá tenemos la Plaza del Mariachi, pero tanto aquí en Los Ángeles como en otras latitudes, estos músicos están afianzados internacionalmente. Hay muchas agrupaciones que cobran bien, hasta mil dólares la hora, aunque hay un poco más económicos, que van de 250 a 500 dólares la hora; los hay integrados sólo por mujeres, mixtos y asiáticos”, comentó.

Desde Beijing, en la sede UNAM-China (Centro de Estudios Mexicanos), Raúl López Parra, coordinador de Vinculación y Comunicación, contó que cada año, con motivo de las fiestas de Independencia, la embajada de México invita a un conjunto de mariachis, procedentes de nuestra nación, para que participen en los festejos en distintas ciudades.

Ejemplo de esta colaboración y evento sin precedentes, fueron las gestiones de la representación universitaria para que un grupo de mariachi se presentara en el Conservatorio Central de Música de China.

“También al sur de China radica una agrupación llamada Mariachi Mezcal, la cual intervino en las festividades patrias de 2020 con el consulado general de México en Guangzhou.”

El público asiático, concluyó, aprecia la cultura mexicana y su música. En las redes sociales chinas se encuentran artículos que explican esta tradición musical, los mariachis son un símbolo muy conocido.

Tradicional y moderno

El mariachi como elemento fundamental de la cultura mexicana, integrado generalmente por cuatro o más músicos vestidos con indumentaria regional, inspirada en el traje de charro, que interpretan un amplio repertorio acompañando de instrumentos de violines, vihuelas, guitarrones y trompetas, fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en 2011, por la Unesco.

Para Camilo Camacho de la FaM, debe distinguirse entre el mariachi tradicional, conformado hacia finales del siglo XVIII, y el mariachi moderno, surgido entre los años 20 y 30 del siglo XX.

El primero se relaciona con las dotaciones instrumentales muy comunes durante el Barroco, con cuerdas frotadas, punteadas, rasgueadas, que se dan en las diferentes regiones del país, con una tradición fandanguera, donde el baile es esencial, sobre una tarima, artesa, o sobre una tabla.

En tanto, el mariachi moderno, que surgirá en Ciudad de México con quienes migraron a principios del siglo XX y buscaron un nicho donde laborar y mejorar sus condiciones de vida, se dio en un territorio posrevolucionario donde había la necesidad de crear una identidad al exterior que le ayudara a dar un rostro a México, y generar esa unidad nacional.

“El mariachi buscó dar cuenta de toda esa diversidad y la figura del charro se volvió importante, que era el traje de gala de los hacendados, pues los campesinos y los músicos no vestían con ese lujo, sino de manta y sombrero de zoyate”, explicó.

En cuanto a las mujeres mariachi, primero irrumpieron como cantantes, ahí está el caso de Lucha Reyes, y a la postre empezaron a tomar los instrumentos.

“Primero fueron los violines, luego la guitara y después se fueron con el arpa y el guitarrón, que es un instrumento muy fuerte, te produce ampollas; si hay alguien inexperto que lo empieza a tocar se le revientan los dedos, pero su participación es formidable.”

Finalmente, Camacho Jurado compartió que el parabién es uno de los géneros que se interpretó con mariachi (situación que ahora es mínima), el cual es regularmente dedicado a los niños difuntos.

“Es también la despedida de un repertorio y ahora es algo que además se muere con él, se va no sólo parte de la identidad del mexicano, sino además de sentir y vivir la muerte”. Aquí un fragmento de dominio popular:

Me despido tristemente de la casa donde estoy / adiós, adiós/ no lloren porque ya me voy…/no llores, madre querida / deja de tanto llorar / que allá le pido a mi Dios que te venga a consolar”.

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