Hace algún tiempo alguien me aleccionaba sobre la importancia de ejercer la política desde su naturaleza misma, es decir, como una ciencia social, en la cual debe prevalecer la razón y no los apasionamientos. Basta recordar el legado aristotélico para convencerse de ello. Sin embargo, también es conveniente evitar caer en los extremismos, uno denominado pragmatismo y otro populismo. Ambos son la versión corrompida de su concepto original: el estudio de la ciencia y la moderación de la conducta del Hombre en el quehacer público.

Por ello, me da un enorme gusto saber que algunos de los “frentes” de las nuevas administraciones municipales y estatal, tienen en claro que la implementación de políticas públicas destinadas al desarrollo cultural, artístico y académico, las cuales son de vital importancia. Por fortuna, la mayor parte de las personas responsables cuentan con la experiencia y el talento que requiere un reto de tal envergadura. Aclaro: la mayoría. Ojalá que próximamente haya algunos ajustes en otros sectores menos proporcionados.

En días pasados fui invitado a participar en un sondeo entre líderes de opinión locales, para compartir nuestra reflexión acerca del primer año de gobierno del presidente López. Durante la entrevista dejé de manifiesto Mí mi opinión positiva acerca de las estrategias de comunicación implementadas por el gobierno federal, las cuales, a pesar de rememorar las épocas en las que la oficina presidencial marcaba línea, son realmente efectivas para los propósitos de AMLO.

También me refería a la designación de Marcelo Ebrard como vicepresidente, ¡perdón! Quise decir canciller. Ya que desde el edificio Tlatelolco, el secretario de Relaciones Exteriores ha coadyuvado notoriamente en la solución de conflictos de carácter nacional e internacional. Así, el carnal Marcelo se ha convertido en activo de la agenda de Andrés Manuel.

Por lo demás, coincido plenamente con el presidente López, quién durante su apoteótico mensaje reconoció las importantísimas tareas pendientes que tiene en materia de seguridad y desarrollo económico. No sin antes “amenazar”, con dejar fincadas las bases duras de revertir el próximo año. Ya se vislumbra una posible recesión mundial, la cual, acompañada de un inadecuado manejo de las finanzas públicas, repercutirá directamente en el bolsillo de los mexicanos, entonces veremos cuán amorosa se mantiene la república del tabasqueño.

Son tantas y tan variadas las frases célebres del expresidente legítimo de México que me resulta complejo enunciarlas todas, pero bien puedo recopilar algunas como: “La mafia del poder”; “A mí que me den por muerto”; “Lo que diga mi dedito”; “Esto es un compló”; “Los quiero desaforadamente”; “¡Ya cállate, chachalaca!”; “Por el bien de México, primero los pobres”; “Soy peje pero no lagarto”; “Al diablo con sus instituciones”; “Ya sabes quién”; “Frijol con gorgojo”; “Riqui, riquín, canallín”;  “puercos, cochinos, marranos, cerdos”; “Me canso ganso”; “Yo tengo otros datos”, allende del clásico: “Es un honor estar con Obrador”, ¿o era “Error tras error con López Obrador”? Ya me confundí.

Interesante resultó la reunión que sostuvo Carlos Jiménez con algunos de los más destacados militantes del tricolor en Tijuana, ello previo a su toma de protesta como el presidente del PRI en Baja California, ceremonia que tendrá efecto el próximo sábado y en la cual asistirá el propio dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, pero de eso les platicaré el siguiente martes.

Post Scriptum. “Solo el Hombre que sabe gobernarse a sí mismo, esta preparado para gobernar el mundo”.

* El autor cuenta con una maestría en Comunicación Estratégica y es doctorando en Derecho Electoral.

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