El empresario Daniel Chávez, propietario de Grupo Vidanta, aquel que supuestamente contrató a José Ramón López Beltrán para que pudiera pagar la renta de la famosa Casa Gris, y quien ha sido uno de los proveedores favoritos del presidente López Obrador, fue beneficiado con un convenio por mil 87 millones de pesos para operar transportación de pasajeros desde territorio continental al nuevo destino turístico de las Islas Marías.

El Gobierno de México adquirió mediante un convenio con Grupo Vidanta 3 buques tipo ferri para transportar turismo al ex complejo penitenciario del pacífico mexicano por 550 millones de pesos, pero añadió 537 millones más para su operación. Siendo un total de 1,087 millones de pesos para estos ferris.

Esto consta en el proyecto costo-beneficio que ingresó la Secretaría de Marina en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para conseguir la autorización presupuestal.

Documentos dados a conocer a través de sus redes sociales por el analista de datos Jorge García Orozco, revelan estos 3 buques tipo Ferry con capacidad de 300 a 350 personas, serían amortizados con los “turistas” que asistan a las Islas Marías, destinó que por decreto presidencial dejó de ser en 2019 una cárcel para criminales de alta peligrosidad para convertirse en un destino cultural y ecoturístico.

De acuerdo con los datos aportados por el también profesor universitario, el problema de este contrato es que se reservó y tacho la información financiera sobre costos y mantenimiento.

En una de sus tantas visitas a Palacio Nacional para reunirse con su “amigo” el presidente, Daniel Chávez había asegurado en reiteradas ocasiones que no tenía interés en invertir las Islas Marías. Pero hace unas semanas se registró una nueva visita al lujoso hogar de López Obrador con una carpeta donde llevaba unas “propuestas para el trayecto”.

Pero en la Gala Vallarta, se anunció que la compañía que llevará a los turistas de Sinaloa y Nayarit a las islas Marías, sería Vidanta. Derivado de esa adjudicación este mismo jueves “Vidanta Cruises” comenzaría a operar el concepto “Vidanta Elegant” justo en la ruta de las islas Marías.

Apenas el pasado 9 de abril el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) inauguró el centro turístico cultural Muros de agua-José Revueltas en el expenal Islas Marías, y dijo que se abrirá en tres meses al turismo. En su visita al archipiélago ubicado en los linderos de Nayarit, el mandatario federal anunció que la Secretaría de Marina (Semar) encargada de la gubernatura de las Islas -y que también administrará los proyectos turísticos en la zona- tiene un buque adaptado para los viajes: “Es un barco de la Armada (Ball 11) que se adaptó en los astilleros que tiene la Secretaría de Marina, quedó muy bien para 270 pasajeros, pero se van a adquirir dos barcos más, ferris”.

En el proyecto “Adquisición de buques tipo ferris” de septiembre de 2021, la Secretaría de Marina indica que se comprarían tres embarcaciones para transportar a los visitantes, tanto nacionales como internacionales a la Isla Madre.

Con base en una comparativa realizada por la propia Marina -que utilizó como base los datos de la empresa Baja Ferries S.A. de C.V. diseñado para un horizonte de evaluación de 2021 a 2041- se tiene que:

  1. A) “Adquisición de tres buques tipo Ferry para Turismo de Bajo Impacto Ambiental en el Archipiélago Islas Marías”:
  • Costo de inversión: 550 millones de pesos
  • Gastos de operación y mantenimiento: 537 millones 960 mil pesos
  • Total: mil 87 millones 960 pesos
  1. B) “Contratación de servicios de transporte marítimo para turismo de bajo impacto ambiental desde los puertos que se habiliten en el continente mexicano hacia el Archipiélago Islas Marías”:
  • Costo de inversión: mil 973 millones 546 mil 666.67 pesos
  • Gastos de operación y mantenimiento: 268 millones 980 mil pesos
  • Total: dos mil 242 millones 526 mil 666.67 pesos

A su vez, en el proyecto de adquisición se estima con base en la capacidad del Ball 11 -el buque adaptado- se realizarían 468 viajes anuales entre 2022 y 2031, un total de cuatro mil 680 viajes en una década.

Pese a esto, en el mismo proyecto se reserva la información de las tablas que contienen los costos de operación y mantenimiento y viajes en 1 año por los tres ferris, costos de operación y mantenimiento, costo por persona y por viaje, recuperación anual y Diferencia a favor (Beneficios).

Los negocios de Vidanta con la 4T

Alejado de todo el pudor que en política solía acostumbrarse, Daniel Chávez es un empresario cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador. No solo lo ha acompañado en momentos clave, como la cena en la Casa Blanca organizada por Donald Trump en 2020, sino que ha participado, ya sea como asesor o benefactor en dos de los proyectos estandarte del presidente mexicano: el Tren Maya y la construcción de una planta fotovoltaica de la CFE en Sonora, la más grande de América Latina.

El fundador de Grupo Vidanta forma parte del consejo asesor empresarial, donde participan algunos de los hombres más ricos y poderosos del país, como Carlos Slim Helú y Carlos Hanks González, con quienes el mandatario tabasqueño sostiene reuniones periódicas, cada tres o cuatro meses.

Aunque el empresario no es el único que ha sido cercano al presidente durante los tres primeros años y medio de su administración, la relación entre ambos personajes se colocó en el ojo público luego de que el presidente diera a conocer que los vínculos que sostiene con su asesor también entrelazan a las familias de ambos. El hijo mayor del presidente, José Ramón López Beltrán, trabaja supuestamente como asesor legal en KEI Partners, una empresa creada por Érika Chávez e Iván Chávez, hijos de Daniel Chávez, lo que a decir el tabasqueño le da a su vástago la posibilidad de pagar más de 100 mil pesos de renta en una lujosa casa en Houston, Texas.

La revelación hecha por López Obrador ocurrió en medio de la presión mediática para clarificar el origen de los ingresos de su hijo mayor, quien, de acuerdo con una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Latinus, utiliza dos residencias al norte de Houston, Texas, con un valor comercial cercano al millón de dólares.

En un montaje de esos que acostumbra el presidente, pidió a su hijo explicar de “qué vive” y el domingo López Beltrán informó que sus ingresos provienen de su trabajo como asesor legal en Estados Unidos y aseguró que no tiene injerencia en la administración de su padre. Este lunes, López Obrador confirmó que su hijo labora en la empresa creada por los hijos de Chávez y aseguró que no existe ningún conflicto de intereses derivado de la relación entre ambas familias.

Daniel Chávez forma parte de su consejo asesor de empresarios, es supervisor honorífico en el Tren Maya y a mediados de 2021 donó un terreno de 2,000 hectáreas en Puerto Peñasco, Sonora, para la construcción de un parque solar de la CFE. El presidente asegura que “no cobra” y que no hay “ninguna relación de negocios”. “Él no tiene ningún negocio en el gobierno, no hay ningún problema de intereses”.

Chávez es un empresario inusual. Lleva el cabello largo, es extrovertido y quienes los conocen aseguran que se siente más cómodo vistiendo una túnica blanca que un traje y una corbata. Él creó un imperio de la nada: creció en una casa de paredes de adobe, sin agua y sin luz; estudió ingeniero civil en la Universidad de Guadalajara y con solo 21 años comenzó su carrera profesional. Empezó con la construcción de casas de hospedaje en Mazatlán, Sinaloa y en 1974 inauguró su primer hotel llamado Paraíso Mazatlán.

Hoy, su empresa es uno de los grupos hoteleros más grandes del país: opera 30 desarrollos turísticos, campos de golf, parques temáticos, un aeropuerto, constructoras, y factura entre 15,000 y 17,000 millones de pesos (mdp) anuales.

Cuando López Obrador asumió la presidencia de México en 2018 lo invitó a formar parte de su consejo asesor de empresarios. Desde entonces, Chávez y el político tabasqueño han intercambiado halagos y han coincidido en eventos oficiales.

El empresario originario de Delicias, Chihuahua, acompañó a López Obrador, junto con otra decena de empresarios mexicanos, a la cena que su entonces homólogo estadounidense Donald Trump ofreció en la Casa Blanca en 2020. El tema central de la reunión fue la relocalización de la inversión en la región y varios de los empresarios mexicanos que asistieron a la cena expusieron los planes de inversión que entonces tenían en Norteamérica.

La cartera de inversiones de Grupo Vidanta es una de las más abultadas en el sector: en los últimos cinco años, la compañía asignó millones de dólares a proyectos que buscaban posicionar a México en el negocio del turismo de lujo, con desarrollos como un parque temático en Nuevo Vallarta, Nayarit, en sociedad con la canadiense Cirque du Soleil, o el lanzamiento de una cadena de cruceros de lujo que iniciará operaciones en abril.

La compañía de Daniel Chávez llegó al Caribe en 2008, cuando empezó a centrarse más en captar el turismo extranjero, construyendo hoteles bajo marcas como The Bliss, The Grand Bliss y Grand Luxxe en Riviera Maya, Riviera Nayarit y Los Cabos. Ahora vende en un 90% a extranjeros.

La llegada de turistas internacionales a México crecía cerca de 10% anual antes de la pandemia, pero la derrama económica que generaban en el país aún era baja. Chávez apostó por crear atracciones turísticas en los destinos y también se esforzó por facilitar el acceso a sus complejos.

Grupo Vidanta cuenta con un aeropuerto privado dentro de su complejo de Puerto Peñasco, Sonora, y cuando López Obrador presentó un proyecto para construir un tren que conectará, el empresario mexicano demostró su entusiasmo. “El tren Maya es una gran idea que se tiene que concretar en el corto plazo porque ayudará a incrementar los ingresos turísticos del país”, aseguró el presidente de Grupo Vidanta, Daniel Chávez en octubre de 2018.

El empresario mexicano, quien entonces dijo públicamente que estaba dispuesto a invertir en el proyecto, estimó que en su primer año de operación, la obra ayudaría a duplicar las divisas del sector, que entonces rondaban los 21,000 millones de dólares.

Dos años después, en junio de 2020, López Obrador designó a Chávez como su representante en la supervisión de las obras del Tren Maya. “Yo voy a contar con un representante, con un empresario que de manera honorífica, sin cobrar nada, solo porque quiere ayudar, va a representarme en la supervisión: Daniel Chávez”, dijo López Obrador durante la ceremonia de arranque de las obras.

A 4,000 kilómetros de la Riviera Maya, está Puerto Peñasco, otro de los polos de inversión del empresario mexicano. Allí está el complejo con la extensión territorial más grande de Grupo Vidanta -mide dos veces el tamaño de la isla de Manhattan, dice la propia empresa en la web del complejo- y cuenta con su propio espacio aéreo, el Aeropuerto Internacional Mar De Cortés, que ofrece a los huéspedes acceso inmediato a sus hoteles resort, The Grand Mayan y Mayan Palace.

Este mismo lugar también será la sede de la nueva central fotovoltaica de la CFE, que se supone satisfará la demanda de energía eléctrica del noroeste de México; una región que usa los combustibles fósiles para generar electricidad o que la importa de Estados Unidos.

La central, que tendrá una capacidad de 1,000 MW, se construirá en un terreno de 2,000 hectáreas presuntamente donado por Chávez, pero cuyos criterios de donativo no han sido transparentados.

El gobernador de Sonora Alfonso Durazo Montaño dijo en diciembre pasado que a mediados de 2021 presentó al presidente el proyecto final y que se hizo el compromiso de terminarlo antes del 31 de diciembre de 2023.

“Dónde íbamos a conseguir esa tierra en Puerto Peñasco, que tiene una ubicación (privilegiada) para conectarse con Baja California… La verdad que encontrarse con empresarios con esa generosidad es extraordinario”, dijo Durazo a mediados de 2021.

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