Mientras que los comerciantes del siglo XXI, se preocupan por medir “la recuperación” en términos de cuanto vendieron para celebrar a las progenitoras; mi mente se divide entre lo que ocurre en España al otro lado del atlántico y en Colombia. Ambas naciones comparten ciertas características. En primer lugar el idioma esa maravillosa lengua, usada por escritores que han trascendido su vida mortal, para legarnos obras tan hermosas como El quijote de la mancha, Don Juan tenorio, Soledades, Luces de bohemia, la casa de Bernarda Alba[1] Cien años de soledad, María, Delirio o Satanás[2]. Además del español estas dos naciones hoy convulsionadas han sido a través de la historia, claro ejemplo de lo bueno que puede dejar la migración, como un fenómeno social de integración y engrandecimiento cultural en muy distintos aspectos, como es el compartir conocimientos en diversas materias -lo culinario o lo pictórico- tarifas competitivas entre los socios comerciales que necesariamente multiplican la generación de negocios y por ende el empleo y las ventajas derivadas de competencias sanas.

Si a esto le agregamos la inherente cualidad migratoria de las personas, que les da a millones de estas una inercia para buscar nuevas oportunidades, en beneficio tanto para los países de origen como los de destino. ¿Por qué entonces, algunas naciones permiten que personajes discriminen a los migrantes y trafiquen a mujeres niños y jóvenes? ¿Qué les ha ocurrido a centenas de madres, que no impiden a verdaderos monstruos arrojar a sus vástagos a un desierto o arrojarlos por una alta cerca? Más que juzgar a una generación de madres que lucharon por igualdad en sus derechos, eligieron ser madres solteras y en casos extremos hasta abortar, uno se pregunta ¿qué factores fueron determinantes en el desarrollo de su pensamiento y personalidad? Es clarísimo para los actores de ambas sociedades que he tomado como ejemplo, que han desarrollado un pensamiento censor tal vez exacerbado. En España, luego de algunos avances de lo que se califica como grupos de izquierda, el discurso de la llamada derecha -especialmente el de las mujeres- se tornó totalmente espinoso contra quienes no piensan en ese mismo tono. La confrontación iniciada por las izquierdas parece haber propiciado una respuesta tan o más beligerante de lo propuesto por los primeros ¿el péndulo ideológico hará las acciones de los ganadores tan o más aguerridas de lo que fue el discurso extremoso de quienes han perdido las mayorías en la pasada elección?

De este lado del Atlántico las cosas parecen estar igual o peor de graves, son cientos los afectados por las fuerzas del “orden” –desaparecidos, lesionados, arrestados y hasta muertos- ¿habrá sido el confinamiento derivado de la pandemia lo que dio a muchos el espacio para reflexionar? ¿las ideas y convicciones de quienes gobiernan estos países, se gestaron en los sistemas educativos vigentes y que hoy por hoy parecen estar en crisis? El tema educativo, al igual de lo que ocurre con la salud, es por demás importante. Mientras que en el mundo se amplía una nueva igualdad, denominada por algunos profesores como el “ciber-proletariado”, temas que fueron preocupación en el siglo pasado como la desnutrición de alumnos sobre todo de escuelas públicas o la selección de conocimientos a compartir con los escolapios para crear ciudadanos autónomos y críticos, lo que parce estarse multiplicando son generaciones sin datos, sin léxico, sin contenidos. ¿Cómo llegamos al absurdo de que sirvamos a la tecnología en vez de que esta nos sirva a nosotros? ¿Cuál es el futuro de personas que nunca han aprendido a pensar y que sin debate alguno de los que es una madre, que espera, que merece y que nos debe dar, simplemente se convierte en la destinataria de nuestra próxima compra? ¿Será esta visión educativa la encaminada a el capitalismo más moderno?

El reto es mucho más rico que simplemente satisfacer el placer del aquí y ahora con cuasi robots, incapaces de entender un contrato para alquilar un departamento u oficina, establecer las bases para contratar cualquier tipo de personal –incluso los llamados cuidadores de personas mayores o limitadas en sus capacidades físicas- y lo que es más grave criar niños y/o adolescentes que no restrinjan sus habilidades a utilizar el teléfono o la computadora. Muchos –no quiero atreverme a decir que la mayoría- jóvenes alumnos no son capaces de encontrar o mantener un trabajo debido a su condición de secuestrados por las redes. Su precariedad de vida se puede medir en la medida de su dependencia virtual a lo cual se agrega la amenaza de marginación que difunden muchos gobiernos al considerar enemigos a los inteligentes[3].¿Las madres que hoy celebramos en México, lucharán por el desarrollo de sus hijos o por proveerles de una tableta o computadora? En estos últimos dos años, hemos escuchado que las madres son de alguna manera corresponsables de las conductas delictivas de hijos que roban, lesionan secuestran o matan. ¿Si los regañan se merecen un regalo en este día? Golpes y malos tratos como los que nos mostraron las noticias en la ciudad de México hace unas semanas ¿supone un castigo para ese hijo atenido y grosero o para la madre que no supo educarlo? Por lo pronto el día de hoy todas las madres tienen la opción de analizar con sus hijos, jóvenes o mayores, acerca de quién será su elección para votar el próximo 6 de junio, esta conversación podría ser el mejor regalo para festejar a mamá en este día.


[1] Miguel de Cervantes, José Zorrilla, Antonio Machado, Ramón María del Valle Inclán, Federico García Lorca.
[2] Gabriel García Marques, Jorge Isaacs, Laura Restrepo, Mario Mendoza
[3] Recordar que en el periodo maoísta, a este tipo de enemigos, primero se les marginaba, enviándolos a campos de siembra para retíralos de sus universidades, y si no entendían terminaban muertos, como enemigos de la revolución cultural.

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