Sobre los riesgos de seguridad que implica tener conjuntamente una operación de aviación civil mezclada con operaciones militares en un espacio aéreo reducido, vale la pena considerar primeramente los siguientes cuatro puntos:

  1. La Base Aérea de Santa Lucía representa la columna vertebral del sistema de defensa  y protección del área metropolitana de la Ciudad de México. En casos necesarios, como la historia nos muestra que ya han ocurrido, las operaciones militares de emergencia de este aeropuerto se elevan considerablemente al mismo tiempo que las del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Ante la posibilidad de un escenario así preguntamos: ¿que pasaría con las operaciones civiles cuando las operaciones militares tengan prioridad?
  2. Dentro de las instalaciones de la Base Aérea,  ubicadas donde ahora se construyó el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), se encontraban grandes bodegas para el depósito de armamento, municiones y la materia prima para fabricarlas.  Entonces surge la pregunta: ¿en dónde está ahora esa pólvora?
  3. Tal y como se ha comentado y publicado en los medios de comunicación, los procedimientos de Aprobación Operacional PBN publicados presentan un riesgo porque, como nos lo muestra nuestra experiencia, a menudo las personas buscamos cómo “darle la vuelta” a un procedimiento, regla o ley en lugar de cumplirlos. Por otra parte, el cumplimiento de estos procedimientos demanda mayor gasto de combustible en las aeronaves. Definitivamente, estos procedimientos son susceptibles de mejora.
  4. Las operaciones militares pueden bloquear las señales de los satélites al realizarse y ocasionar fallas en los sistemas de navegación. Si los procedimientos de avación civil del aeropuerto Felipe Ángeles dependen de instrumentos de navegación aérea basados en el sistema de satélites en órbita geoestacionaria alrededor del planeta, esto traería poblemas de operación. A este respecto, la Federación Internacional de Pilotos de Línea Aérea (IFALPA por sus siglas en inglés), emitió un boletín el día 28 de febrero del 2022 donde señala que es necesario tomar en cuenta la pérdida de señal que imposibilitaría llevar a cabo los procedimientos PBN publicados. Este señalamiento es relevante ya que la IFALPA aglutina a representantes de los países de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) y otros organismos, y su principal función técnica de la IFALPA es integrar grupos de trabajo conformados por especialistas diversos.

Además de los puntos mencionados, debemos considerar que las condiciones meteorológicas nunca nos dejan de dar sorpresas. Por otra parte, las prioridades de seguridad militar están por encima de las de la aviación civil y por debajo de las de transportar al presidente en turno.

Aún tenemos que esperar a que inicien las operaciones de aviación civil en el aeropuerto Felipe Ángeles, pero hasta ahora los escenarios esperados no son congruentes con una operación simultánea del AICM. Por ello la pregunta final sería si nuestras tripulaciones y personal de control de tránsito aéreo están debidamente capacitados para afrontar situaciones como estas. Personalmente, creo que sí.

Jorge A. García Gallegos es Piloto aviador de ala fija y helicópteros, colaborador de grupos SAR,. Participó en investigación de accidentes aéreos desde 1985 y posteriormente fue director de esta área (2007-2014). También ha sido instructor en diferentes aspectos de la aviación en diferentes instituciones y empresas.

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