Lo sucedido el día 6 de enero en los Estado Unidos de Norteamérica sin duda es un mensaje a los países democráticos en el mundo y lo es para México también. Los discursos cupulares que generan división y odio son los peores enemigos de la democracia, destruyen la paz y concordia que entre habitantes de una nación debe prevalecer para su desarrollo armónico.

En este contexto, es preocupante que en nuestro país se estén dando mensajes de división y odio desde la investidura presidencial, generando una polarización entre la sociedad mexicana. De igual forma, la desaparición de organismos autónomos, vitales para los contrapesos en la democracia, ahora no solo cuestionados, sino se pretenden desaparecer.

México es un país que requiere fortalecer la democracia, lo observado el día de ayer nos debe hacer reflexionar de la importancia que tienen los organismos independientes y autónomos, libres de la injerencia del poder. No dejemos que México caiga en manos de un totalitarismo del cual no podamos dar marcha atrás. Nos merecemos un México unido.

Atentamente
Unidos por México