Tremenda afrenta sufrió Giuseppe Verdi en boca de un señor Junco, dueño del diario Reforma y de las manos de los que le escribieron el discurso, este señor tomó el aria Va pensiero también conocida como “coro de los esclavos hebreos” que representa el llanto por salir de la esclavitud y regresar al terruño, pero Junco se colgó de ella para lanzar una vitriólica verborrea en contra del presidente. Pobre Verdi no solamente no recibió crédito sino que no está para defenderse por el mal uso de su música. Utilizaron un canto a la libertad con un llamado a la guerra.

Junco y yo compartimos lugar geográfico de exilio en Texas. El huyó del país porque el gobierno del que era sumiso servidor no pudo o no quiso defenderlo, aunque no sufrió una agresión por su calidad y combatividad de periodista de las que carece, era parte del esquema para atracar al país y al parecer fue víctima del crimen. Yo me exilie amenazado por el gobierno por opinar.

Por cierto, recuerdo cuándo intente publicar en su periódico Reforma pero me rechazaron por mis ideas, lo que ya dice mucho sobre el que ahora hace llamados a la libertad. Libertad sí, pero solo para los sometidos al discurso oficial, silencio total para los que piensan distinto. Sin duda una visión muy peculiar sobre la democracia.

El papel de los medios es ser contrapeso al poder, como bien indica Amartya Sen una prensa libre ayuda a resolver o prevenir problemas sociales. Apoya a la democracia al publicar información y opiniones que deben ayudar a la sociedad a tomar decisiones educadas, y debe atreverse a publicar información que al poder puede serle molesta o inadecuada, pero este no es el caso ni de este periódico ni de la prensa mexicana en general que viven del gobierno y se someten a la censura o auto censura determinadas por el dinero.

En caso del beligerante dueño de Reforma, su periódico ha sido actor principal de la guerra sucia contra el gobierno publicando noticias falsas. Ahora queda claro el error de los que criticaron al director del periódico por la publicación de fakenews, el es un peón o vasallo, o uno de los soldados de Junco en su cruzada en contra del gobierno.

La prensa mexicana se preocupa por llenar los bolsillos de dueños y articulistas –algo le salpica a ciertos reporteros- y ese asunto molesto de la democracia queda desplazado. El acomodo con el poder es la marca de la casa y debe producir recompensas, mientras más abultadas mejor. Pero el nuevo gobierno recortó drásticamente esas recompensas y muchos medios se han ido en picada perdiendo los espacios conseguidos con fondos públicos. Ya he sugerido que acudan al mercado para que los enriquezca.

Es de considerarse si la perorata del dueño del periódico se debe a su molestia por la cancelación gubernamental del subsidio que al igual que a otros medios debe haberle costado mucho. En contra del llamado a la democracia y la participación que podría apoyar desde las planas del periódico, encontramos un llamado a la guerra y el intento de convertir a sus editores en soldados o ¿será mejor decir mercenarios?

Respecto al llamado a sus editores a convertirse en ejército, sería interesante si tendrán la libertad de escoger y si podrán mantener el empleo aquellos que su conciencia les ordene no asumir las agresiones de Junco contra el presidente.

Queda la afrenta al lenguaje que no es cosa menor, Junco no es capaz de leer sin faltas de ortografía, aunque tal vez no debería pedírsele más a alguien en un país dónde el promedio de lectura al año no llega a los dos libros y el podría no salir del promedio.

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