A dos semanas del vencimiento de este quinquenio contemplado en el Tratado de Aguas de 1944, el gobierno de México debe entrar a Estados Unidos 240 millones de metros cúbicos de agua, cantidad que equivale al 20 por ciento del agua que fluye por el tributario Río Conchos que almacenan las presas La Boquilla, El Granero y Las Vírgenes en Chihuahua. Esta situación ha generado un clima de discusión y conflicto entre diversos actores de la población.
El Dr. Alfonso Cortez Lara, investigador del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), puntualiza en que la problemática del agua que se vive en la región de Chihuahua y Texas tiene un devenir histórico desde 1848 que se originó después de la separación del territorio y en donde 50 años previo a la firma del Tratado de Aguas de 1944, las dos regiones comenzaron negociaciones en la repartición del recurso hídrico, cuánta agua repartiría Estados Unidos a México y viceversa.
Sin embargo, el Dr. Cortez explica que la entrega de agua no se puede garantizar dadas las condiciones de la región en donde el clima es variable y pueden representarse condiciones de sequía, ese escenario «hipotético»está contemplado en el Tratado, estipulando que si México no tiene los recursos para dar el agua correspondiente a Estados Unidos en tiempo, la deuda deberá saldarse en el siguiente quinquenio. Sin embargo, el especialista de El Colef puntualiza en que el quinquenio actual aún no ha finalizado por lo cual aún no existe una deuda, como se ha manejado en diferentes sectores de la opinión pública.
En este sentido, el investigador plantea que a lo largo de la historia se han presentado escenarios complicados pero que a través del diálogo, la negociación y adecuaciones al uso y manejo del agua, se ha logrado dar soluciones efectivas, por lo cual la situación que se vive actualmente no es nueva pero lleva un componente político que ha complicado el escenario.
La reflexión del Dr. Alfonso Cortez Lara