Llevar el arte y la cultura a las comunidades “de manera permanente y a nivel regional y binacional” será el sello que caracterizará a la nueva administración del Centro Cultural Tijuana (Cecut), dirigido por Vianka Robles Santana.
El trabajo se hará, detalla la artista, académica y gestora cultural en entrevista con Excélsior, con los residentes de “la sui generis e híbrida” ciudad fronteriza; pero también con los migrantes, los habitantes de los cinco municipios de Baja California e incluso los hispanohablantes que viven en San Diego y Los Ángeles, California (Estados Unidos).
Los universitarios, los niños y adolescentes de las zonas más violentas, los indígenas de Oaxaca y Michoacán que han formado grandes colonias, las comunidades kumiai, pai-pai y cucapá, los jóvenes en situación de reclusión y los chinos y rusos que han establecido su hogar en esta esquina del país. Pero también los chicanos que promueven el español y la música mexicana en medio del mar anglosajón.
Nadie escapa a la mirada de esta dramaturga y actriz que tomó posesión de la dirección general del Cecut el 11 de enero, para el periodo 2018-2024, y que conoce bien, como creadora y promotora, la problemática cultural del estado norteño.
El tema principal es la permanencia de los programas culturales para cambiar la mentalidad de las personas. No habrá una visión asistencialista; es decir, programas esporádicos de voy, atiendo una emergencia y me regreso a mi institución. Se motivará una resiliencia comunitaria”, afirma.
La doctora en Ciencias de la Educación, quien la semana pasada sostuvo en la Ciudad de México reuniones con directores de la Secretaría de Cultura federal, dependencia a la que pertenece el Cecut, comenta que su gestión buscará consolidar la relación con la comunidad a nivel regional a través no sólo de una experiencia estética, sino pedagógica, académica y formativa.
Con un presupuesto anual de 98 millones de pesos, dos menos que en 2018, y una planta de 300 trabajadores, el Cecut es la única dependencia de la Secretaría de Cultura en el norte del país. “Será el brazo operativo extendido. Es un espacio estratégico, porque está en la franja fronteriza y tiene una experiencias de 36 años. La misión es binacional”, señala.
La egresada de la Facultad Internacional de Ciencias de la Educación, maestra en Desarrollo Educativo, detalla que se crearán nuevos proyectos; pero también se trabajará con colectivos que ya existen en la región.
Y habla de figuras como las Misiones; los Laboratorios Portátiles, foros de creación experimental; los Semilleros, espacios para la iniciación artística; las Granjas, para el desarrollo del conocimiento y la ciencia; y el Corredor del Norte, que hará circular la obra de los artistas residentes en esta franja.
La timonel del Cecut destaca que se trabajará mucho a nivel federal con el programa de Jóvenes construyendo futuro. “La secretaría desea formar Promotores Comunitarios y de Derechos Humanos. Ya tenemos acuerdo con 21 universidades, que representan la tercera parte de las más de 60 que ya existen en Tijuana. Éstas apoyarán en la formación de los chicos a través de diplomados, seminarios y talleres. Es importante que salgan con una constancia”.
La enseñanza de artes y oficios en diversos foros y la impartición de talleres en lenguas indígenas es otra de las iniciativas a reforzar, indica.
MIGRANTES Y CHICANOS
Robles Santana admite que será un reto mayúsculo consolidar al Cecut a nivel estatal y binacional; pero está convencida que es el mejor momento para hacerlo, porque “los astros están alineados, los mexicanos y los chicanos tienen fe en el nuevo gobierno y la transversalidad del trabajo es apoyado por todas las secretarías; además, no empezaremos de cero”, dice.
Agrega que se firmarán acuerdos con las sedes diplomáticas mexicanas en San Diego y Los Ángeles. “Ellos tienen, por ejemplo, el programa Consulados Móviles en 23 centros comunitarios de San Diego, a donde asisten los hispanoparlantes. Les dan información sobre sus derechos y estatus legal; pero se les lleva actividades culturales y talleres. Nos sumaremos a esto”.
Quien cursó varios posgrados en el Centro de Altos Estudios Universitarios de la Organización de los Estados Iberoamericanos, añade que han dado vida al proyecto de atención a los chicanos El otro México, que pretende “visibilizar a los mexicanos creativos, creadores, que están del otro lado haciendo cosas importantes en teatro, cine, pintura y talleres de recuperación de la tradición”.
Adelanta que se abrirá en marzo la Cinemateca del Cecut en Los Ángeles, en colaboración con el Latino Theater Company. “La sala tendrá una capacidad para 280 personas y se proyectarán de manera permanente películas mexicanas, algunas con subtítulos en inglés”.
Y, para los migrantes, señala, poseen un proyecto intercultural que llevarán a los albergues. “La idea es que comprendan esta ciudad sui generis, tan híbrida, a cuya economía se están insertando, y que también compartan su cultura. Que vean que aquí todos tienen cabida. Por ejemplo, la comunidad rusa ha crecido y ha sido un detonante para la danza y la música clásicas. Debemos ofrecerles a todos una narrativa que los vincule, que sea un asidero”, concluye.