Ser mamá de tiempo completo es diferente a ser una mamá presente y definitivamente significa algo distinto para cada persona; ser mamá de tiempo completo puede ser: un lujo, una prioridad, una fortuna, un regalo de Dios, una friega, una chinga, un privilegio, un orgullo, un cansancio extremo, un sacrificio…un sin fin de cosas, porque para cada persona es una cosa distinta.
Pero para los niños definitivamente tener una mamá de tiempo completo presente, es un verdadero regalo. Entre ‘la igualdad de género laboral’, entre la necesidad, entre lo que sea, hay muchas razones por las que la mayoría de las mamás de hoy no se dedican a sus hijos como las de antes, todo es respetable, porque cada mamá siempre hará lo que crea que es mejor para su hijo, de eso no hay duda.
Yo crecí sin mamá, pero crecí una idea de como hubiera sido ella conmigo. Y así como mi imaginación me permitió imaginar cómo hubiera sido ella, soy yo con Irune. Si me decidí a ser mamá es porque iba a ser una gran mamá; así como cuando alguien estudia medicina pensando en ser el mejor doctor. Y por eso le dedico todo mi tiempo y toda la atención que pueda darle.
Mi día empieza cuando ella se despierta, cantamos juntas una canción de buenos días, y se toma su leche y yo mi proteína viendo sus caricaturas. Hoy ella pide que desayunemos juntas en la mesa y después jugamos o nos vamos a jugar a algún lado diferente fuera de casa. Tenemos rutinas, canciones y juegos exclusivos de ella y míos, que me hacen disfrutarla, enlazarnos más e incluso a veces llorar de tantas emociones que me hace sentir tener tantas cosas especiales con ella.
Como convivo mucho con ella, y muchas veces me tocaba estar en una ludoteca entre puras nanas, puedo decirte que se nota la diferencia de un niño que ha crecido con apego a un niño que no, lamentablemente pueden llegar a ser verdaderamente insoportables con tal de captar la atención y desafortunadamente la culpa no es de los niños, es de los adultos que no les dan la atención necesaria, y eso hace que sus hijos la exijan de alguna otra manera; porque, me permito decirlo las nanas nunca atenderán a los niños de la manera en la que lo harían los papás.
Aquí entre nos, yo creo que yo fui una niña que hizo muchas cosas con tal de captar atención, cosa que ahora que soy mamá me doy cuenta, y con atención me refiero a TIEMPO, a sentarte y jugar, a conocer, a platicar, a pasar tiempo de calidad.
Darles un regalo para cubrir su ausencia no es ‘estar’… una vez me tocó una niña sola en la ludoteca mientras Irune y yo jugábamos, y la niña lo único que hizo o intento hacer, era presumirle a Irune y a mí su iPad propia (una niña de 4 años), y decir que tenía una hada que vuela, y un sin fin de cosas materiales, con tal de llamar la atención y bueno como era de esperarse, cuando Irune se emocionaba por alguno de sus juguetes la niña le decía que no lo tocara, que era solo de ella, al final la niña termino pegándole, y como bebe de un año y medio Irune se puso a llorar…y al final final, la niña empezó a gritar y a llorar diciendo que yo le había pegado. (¡gracias a la tecnología, contaban con cámaras de seguridad! y se pudo probar que la niña no solo era insoportable, también era mentirosa. (¿la culpa es de la niña o de la mamá?)
Por eso y más, sé que una parte de mi misión en la vida, es ser una mamá presente, es que crezca Irune feliz y sana y sana también emocionalmente, porque todos los niños al nacer son unos angelitos, son un libro en blanco y los papás y la familia somos los responsables de esa historia que ellos están por llenar.
Hacer niños felices, es fundamental para formar adultos responsables, ellos son el futuro y en estas ocasiones parte del futuro depende de nosotros. Es el rol y la obligación de los papás y de los familiares, y no de los maestros como ahora se ‘cree’ (los maestros están para enseñar y los papás estamos para enseñar y educar).
¡Hagamos que el mundo esté lleno de niños felices y de adultos responsables! Está en nosotras, las mamás.