Un grupo de estudiantes de Israel y Palestina visitaron el Parque Estatal Border Field como parte de un programa de verano de tres semanas el cual busca crear terreno común y relaciones pacíficas entre estos jóvenes.
Como parte del programa de verano de la organización Hands of Peace, estudiantes de estas dos naciones en conflicto se reunieron en un viaje de tres semanas al área de San Diego, en donde participaron en charlas y actividades relacionadas a asuntos sociales, la relación entre sus respectivos países, y crear conecciones intrapersonales. Este viaje también marcó la primera ocasión en que varios estudiantes, algunos quienes han sido afectados por este conflicto armado, conocen a alguien de la otra nación involucrada en esta disputa.
Sarah Heirandt, directora local de Hands of Peace, dice que el grupo de estudiantes es único y muy interesado en asuntos internacionales y en el otro constitutivo – ya sea israelí, palestino o inclusive estadounidense”.
Como parte de este paseo, el grupo tuvo la oportunidad de ver el muro fronterizo que divide a Playas de Tijuana del punto sur de Imperial Beach.
Aunque esta fue la primera vez en la que estos jóvenes pudieron ver México en persona, no fue la primera vez en la que muchos vieron un muro fronterizo, ya que el gobierno de Israel ha construido muros entre la Franja de Gaza y Cisjordania, al igual que en sus fronteras con Egipto, Líbano y Siria.
“Muchos israelíes y palestinos solo han visto su versión de la frontera, así que venir a los Estados Unidos por primera vez y ver el muro fronterizo entre Estados Unidos y México les abre los ojos y les cambia su perspectiva”, afirmó Heirandt.
Omar, estudiante cuyo abuelo nació en la ciudad de Yaff previo a la ocupación israelí, es nacido en tierras Palestinas. Cuenta que ver el muro fronterizo le hace sentir una emoción algo conocida y un poco triste.
“Es difícil ver la frontera dividir a México de Estados Unidos por que quiero pasar cruzar hacia México y ver cómo vive la gente y escuchar sus historia personales y tengo el mismo sentimiento cuando veo la frontera entre Israel y Palestina”, compartió.
Después de su avistamiento inicial de la frontera, el grupo se tomó 30 minutos para bajar a la playa, tomar fotos, convivir y descansar. Luego siguió un serie de actividades para iniciar la interacción social entre el grupo, interacciones con estudiantes de CETyS Universidad en Tijuana y su sesión de discusión diaria con directores culturales.
Como parte de sus discusiones, los estudiantes dan su opinión de una forma respetuosa siguiendo reglas preestablecidas y haciendo y creando espacios para que todos puedan tener una voz. Heirandt dice que las discusiones ofrecen un espacio para estos jóvenes, quienes no tienen muchos lugares para hablar de temas como conflicto, diferencias culturales y roles de género, entre otros, y como estos les afectan de manera personal y colectiva.
“Estos adolescentes son muy maduros para su edad y trabajan muy bien entre ellos. Han aprendido habilidades como la comunicación, escuchar de manera activa y reflectiva y también lo que quieren llevar de regreso de este programa como líderes y creadores de paz en sus comunidades”, destacó Heirandt.
Como parte de este programa, los participantes se quedan con una familia que los recibe, dándoles un vistazo a la vida en San Diego. También participan en actividades como pintar un mural en Oceanside y dar de comer a personas en estado de indigencia.