Tijuana ha sido en muchos sentidos una historia de éxito desde la década de 1990, y al menos parte de ese éxito se debe al muro fronterizo. Con el paso de los años, las paredes, junto con la seguridad, han impuesto orden en una frontera caótica, donde la extorsión, la violación y el robo habían sido comunes. En términos más generales, el muro fue el primer empujón que obligó a la ciudad a enfocarse hacia adentro y destetarse, durante muchos años, de su dependencia del dinero fácil de otros lugares. Ocho antiguos polleros con los que hablé para esta historia, incluyendo a Raúl, me dijeron que después de que las murallas subieron, su negocio de contrabando comenzó a disminuir; ya no facilitan cruces ilegales. (Las aprehensiones ilegales de inmigrantes en la frontera sudoeste en general han disminuido en más del 70 por ciento en ese momento, de un millón anualmente a fines de la década de 1990 a aproximadamente 300,000 en el año fiscal 2017). Mientras tanto, aunque por diferentes motivos, el turismo estadounidense a Tijuana disminuyó sustancialmente.
En los últimos 24 años, incluyendo una década viviendo en la Ciudad de México, he hecho docenas de viajes a Tijuana y he visto a la ciudad madurar lentamente desde una especie de salvaje dependencia del oeste, del contrabando de migrantes y el turismo estadounidense, hacia una economía más autónoma y económica. Metrópoli viable. Crecí fascinado por la ciudad emergente que pocos en los Estados Unidos parecían reconocer: un lugar con escenas florecientes de ópera y música clásica y una cocina distintiva y de alta calidad conocida como Baja Med. En algunas áreas, los edificios más antiguos están siendo reurbanizados y llenos. Los lugareños han creado boutiques, líneas de ropa, microcervecerías, industrias tecnológicas y cinematográficas pequeñas pero exigentes, galerías de arte y más, todos los cuales sirven a la clase media de Tijuana y una nueva cohorte de hipsters bulliciosos y globalmente conscientes que han crecido desde mediados de la década de 1990. Las estaciones de autobuses que alguna vez llevaron turistas o posibles migrantes cerca de la frontera han ido cerrndo. Los viejos hoteles de prostitutas se están desvaneciendo y han surgido lofts y espacios para artistas.
Hoy, la economía de Tijuana se encuentra entre las más sólidas de México.